Nos vamos de rally
Ponte el mono de piloto porque el coche que tengo entre manos te va a exigir lo máximo. Te presento al Polo más radical: el R WRC. Sus 220 CV son un aluvión de sensaciones adictivas
Estás delante de un Polo muy especial. De eso seguro que ya te habrás dado cuenta. Sus siglas lo delatan: el R WRC es el más radical y potente de la gama y, en cuanto a nivel de potencia, sus 220 CV le ponen de un plumazo por encima de sus rivales más directos. Ni Mini John Cooper Works ni Opel Corsa OPC ni ningún otro utilitario le moja la
oreja. Para conseguirlo, en VW han tirado la casa por la ventana y han echado mano del motor del Golf GTI. Es decir, que bajo el capó descansa un dos litros en vez del 1.4 del Polo GTI.
¿Lo ponemos en marcha? Giro la llave de contacto y su sonido no es nada del otro mundo. A diferencia del GTI, este R WRC viene con un cambio manual de seis velocidades cuyo guiado es preciso, pero quizá demasiado suave y blando. Puede que algo así esté bien para un TDI de 90 CV, pero en esta versión apetece más de firmeza en la transmisión, algo que sí han hecho con la dirección y que se agradece.
En los primeros metros ya me doy cuenta de que el chasis va duro y que lee perfectamente cada centímetro de la carretera. No podía ser de otra forma. Lo bueno es que el mullido de los asientos, bastante cómodos, hace que no sea excesivamente molesto circular por carreteras en mal estado. El interior está salpicado de guiños deporti- vos y las siglas WRC aparecen en los respaldos, la palanca de cambios y el volante. El equipamiento es muy completo y no falta de nada, aunque estaría bien que hubieran dejado algún que otro elemento opcional a elección del cliente, ya que