Ágil y muy, muy fiable
El Honda Jazz ha completado los 100.000 km como un reloj. Pero hay sombras: los japoneses han ahorrado en protección contra la corrosión y el híbrido consume más de lo esperado
En el vivero nos espera una enorme palmera de yuca, los chavales de AUTO BILD TV se tienen que llevar la cámara a la pista de pruebas y además hay que transportar un par de pantallas a un conocido salón del automó- vil. Cuando pregunto en la redacción por un buen mulo de car
ga, en los dos últimos años hay un japonés que ha demostrado su superioridad por encima de los demás... a pesar de que, a primera vista, no lo parezca. Lo cierto es que bajo su pequeño techo hay espacio de sobra: el
vice de AUTO BILD Alemania, Christian Steiger, eleva el Honda Jazz ( por su cómodo acceso e inteligente habitabilidad) al grado de alternativa al primer Mercedes Clase A. Eso también sorprende: mide medio metro menos de largo que el Opel Astra y no se las apaña nada mal como combi. Su volumen de carga de entre 303 y 1.384 litros sorprende, así como su capacidad para transportar grandes bultos al plegar los asientos hacia arriba y aprovechar toda la altura
del interior. Prácticamente todas sus peculiaridades tecnológicas funcionan de maravilla y el motor híbrido es capaz de cubrir sin problema los 100.000 kilómetros.
A pesar de todo, los que han cogido el coche por trabajo, vacaciones familiares o para irse a practicar su afición favorita han puesto en el centro de atención a la exótica pareja de gasolina y motor eléctrico que impulsa a este utilitario. Un redactor de la web apunta algo que piensan muchos: “el híbrido está hecho para la ciudad, ahí es donde se hace fuerte”.
Lo cierto es que el Honda se mueve con rapidez y sigilo por la ciudad y el cambio automático acaba con cualquier tipo de estrés con su modo stop and go, aunque te ponga de vez en cuan- do de los nervios con las sacudidas al arrancar.
Más allá de la señal de población, la cosa cambia para mal. La mezcla de motores resulta forzada. A la hora de acelerar, el gasolina maúlla como un gato al que le acaban de pisar la cola. Si coges un trayecto largo por autopista, su doble corazón termina sufriendo de estrés. Si tiene que trabajar a tope con su potencia de 88 CV, el depósito de 40 litros se queda vacío a los 400 kilómetros.
Y es que el Jazz no bate récords de ahorro, ni siquiera cuando el motor eléctrico de 14 CV apoya al gasolina en ciudad. Lo cierto es que no está en la mente de los sencillos híbridos de Honda funcionar solo con energía eléctrica, ya que este propulsor solo está para echarle un cable
al gasolina y reciclar la energía de los frenos, pero no para tirar solo del carro. El Jazz no alcanza el consumo urbano oficial de 4,6 litros en el nuestro ciclo de prueba. En las instalaciones de DEKRA, logra 4,86 litros cada 100 kilómetros... pero la media durante la prueba y, por tanto, bajo condiciones reales, fue de 7,2 litros, aunque como pasó bastante tiempo en autopista, el consumo subió bastante. La verdad es que en el cuaderno de bitácora aparece más de una vez la duda de si el gasolina 1.4 habría obtenido un resultado similar, teniendo en cuenta que cuesta lo mismo. También hemos detectado algunos problemas de calidad con la tapa de la guantera, las soldaduras o los ruidos de las puertas.
Cuando el invierno se acerca, muchos se quejan de que la calefacción no calienta bien. Las épocas más frías del año, con las calles cubiertas de nieve, también afectan al Jazz... de otra manera. Hay zonas donde la corrosión se ha colado por debajo de la pintura. Aparte de sobre la chapa de la carrocería, hay zonas del chasis y atornilladas donde la corrosión hace mella. Cuenta con poca protección anticorrosión. Pero es algo inofensivo, ya que esto no evita que pueda llevarse un sobresaliente: la nota final solo tiene en cuenta la fiabilidad.
En cualquier caso esto solo supone una pequeñísima mancha marrón en el blanco currículum de este gran pequeño japonés. Y si vives en una zona cálida, ni eso.