Mantenimiento del vehículo

‡ Para evitar llevarte algún que otro disgusto, no está de más que revises tu coche de manera periódica. Porque si siempre es importante, en invierno lo es más: Visualízate ‘tirado’ de noche a temperaturas bajo cero por no haber previsto una posible avería. ¿A que no apetece?

Neumáticos Hay que fijarse en la presión y en la profundidad del dibujo. Existe un truco para comprobar si ha llegado la hora de cambiar las ‘gomas’: inserta una moneda de un euro en las bandas y si puedes ver su franja dorada, es que es momento de sustituirlas. En todo caso, legalmente el dibujo tiene que tener como mínimo una profundidad de 1,6 mm. Si tienes que inflar las ruedas, comprueba una semana después si se mantiene igual para prevenir pinchazos.

Carga de la batería Si te cuesta arrancar el coche, es más que probable que la batería esté en las últimas: puedes comprobar la tensión o conectar un cargador si tienes ocasión. De todas formas, si cuenta con más de dos años, es probable que te toque hacer una incursión a la tienda. Revisar que no haya óxido en los bornes.

Líquidos El líquido de frenos es algo muy importante y, sin embargo, no se le suele prestar la atención que se merece. Asegúrate de que está en perfecto estado con un truco muy sencillo: echa un vistazo tú mismo: si ya está marrón, va siendo hora. En cuanto al anticongelante, venden unos ‘tester’ para conocer la calidad. En lo relativo al aceite, es importante que eches un vistazo a su nivel para evitarte disgustos.

Luces Seguro que ya te sabes eso de la importancia de ver y ser visto. Conviene que limpies las carcasas de los faros y, ya que estás, comprueba que no te falla ninguna luz y que van bien orientadas para no dejar ciegos a los que vienen de frente. Hace tiempo que no es obligatorio, pero no está de más que lleves un recambio de bombillas por si acaso, ya que te puede sacar de un apuro.