PRIMER CONTACTO: VW Polo GTI, pequeño, pero muy, muy rápido
Deportividad, efectividad y practicidad: van todos de la mano como en una excursión en el colegio de tu hijo...
GENERALMENTE NO ME GUSTAN LOS COCHES PARA todo, pero poco a poco, me estoy autoconvenciendo de que quizás sean mejores que el resto.
La quinta generación del Polo GTI se asienta sobre la nueva plataforma MQB-A0 y eso se traduce en unas plazas traseras sorprendentemente buenas, así como un maletero de 350 litros que se convierte en uno de los mejores del segmento. Pero esa nueva plataforma también dota al Polo más deportivo de una pisada más refinada: gracias a su puesta a punto, con una suspensión con amortiguadores activos, el coche tiene dos caras que le permiten ser bueno en cualquier circunstancia.
Empiezo esta prueba en el aeropuerto de Mallorca: un primer vistazo me sirve para comprobar que estéticamente está muy conseguido. Es eminentemente discreto, pero detalles como las llantas de hasta 18 pulgadas o los diferentes detalles pintados en color rojo le dan un estilo único. En el interior, la tapicería Clark pone sobre la mesa sus gloriosos genes, mientras que los asientos deportivos, derivados del Golf GTI, son cómodos y agarran bien. Los detalles rojos también están en el interior, aunque creo que hay un exceso de plásticos duros que, pese a una calidad de fabricación notable, dan una sensación un poco pobre a la vista y al tacto. Arranco y otro de los grandes protagonistas de este coche cobra protagonismo: el motor de dos litros y 200 CV sienta como anillo al dedo en un coche así. Arroja 320 Nm de par desde el ralentí hasta las 4.400 vueltas, justo cuanto entran en acción los 200 CV. Es un motor que abajo y hasta medio régimen ofrece una elasticidad y un empuje realmente satisfactorio, apoyado en un sonido muy logrado.
Los primeros kilómetros se producen con total calma y tranquilidad. El nuevo Polo GTI es un coche cómodo y refinado. En modo Confort, el coche es perfectamente utilizable en el día.
Para sacar la mala leche que lleva dentro, decido acudir al Circuito de Llucmajor. Coloco el modo Sport y ahora el motor se siente más sensible al acelerador, el sonido es más contundente y la suspensión más firme. Hundo el pedal derecho y la velocidad aumenta a buen ritmo, el cambio DSG de seis velocidades es rápido, especialmente al subir de marcha. Llegan las curvas y los frenos también me dejan un buen sabor de boca. La ayuda del bloqueo electrónico del diferencial XDS es clave para conseguir la máxima tracción a la entrada de las curvas.
Vuelta tras vuelta, la sonrisa aparece en mi cara. Es preciso, se siente ágil, el motor es muy bueno y, si no te pasas, el subviraje se mantiene a raya. Un pequeño cohete que te permitirá sentirte un piloto todos y cada uno de los días del año.