UNA TRACCIÓN DE LUJO
Probar la tracción integral Q4 de Maserati en un circuito helado es algo único. Lo mejor llega cuando descubres lo bien que funciona
ESTOY EN COURMAYEUR, UN PUEBLECITO DE MONTAÑA en los Alpes italianos. ¿Qué hago aquí? Experimentar cómo trabaja la tracción integral Q4 de Maserati. Sobre el papel pinta muy bien la cosa. Lo de menos van a ser los -11oC de temperatura que voy a tener que sufrir esperando mi turno en un pequeño circuito de hielo preparado para la ocasión. Es peccata minuta teniendo en cuenta que por delante voy a tener grandes dosis de diversión en unas condiciones extremas y poco habituales.
Ahora viene la pregunta: ¿sabes cómo funciona la tracción Q4? El sistema actúa transfiriendo la fuerza a las ruedas delanteras y con una respuesta casi inmediata. En condiciones normales proporciona el 100% del par a las ruedas traseras, pero en situaciones de poco agarre, o cuando hay una pérdida de tracción en el eje trasero, el sistema reacciona transfiriendo la fuerza necesaria a las ruedas delanteras.
En tan sólo 150 milisegundos, el sistema de tracción total inteligente de Maserati es capaz de alterar el reparto del par del 100% al eje trasero, a una distribución del 50-50% entre las ruedas delanteras y traseras. ¿Suena bien verdad? Esta es la teoría. Ahora, viene la práctica. ¡Me toca!
Reparto imperceptible
Salgo al circuito a bordo de un Levante, que es el que lleva esta tracción se serie y está disponible para toda la gama (en el Ghibli y en el Quattroporte es un extra). Como voy rodando sobre una gruesa capa de hielo, la marca italiana ha instalado con buen criterio unos neumáticos con clavos. La sensación de control desde los pri- mero metros es absoluta y, sin darme cuenta, freno y giro donde lo haría con asfalto seco. ¡Y eso que el Levante es un SUV de más de cinco metros de longitud! A la hora de abrir gas para poner en aprietos al sistema de tracción, noto que las ruedas traseras se ponen a derrapar enseguida, al ser incapaces de derivar al suelo los 430 CV de la versión S que tengo entre manos. Pero instantáneamente siento cómo el Levante avanza y coge velocidad con una eficacia tremenda. Ahí es donde trabaja el sistema Q4. Eso, sin los dos ejes tirando hacia delante, no hubiera sido posible. Por eso, mi conclusión es clara. A pesar de que soy un hooligan del todo atrás, si te vas a mover sobre superficies deslizantes o zonas con una climatología adversa, no me lo pensaría. El sistema Q4 es seguridad y tracción, pero también deportividad.