Carlos Sainz, el 'heredero'
El trono de McLaren, que acaba de abandonar el ' rey' Fernando, ya tiene sucesor. Carlos Sainz toma las riendas de la F1 en España
TEMÍAMOS QUE LLEGARA EL DÍA. Y CASI SIN DARNOS
cuenta, nos hemos topado con él. En 2019, por primera vez en casi dos décadas, Fernando Alonso no estará en la parrilla de la F1. Pero respira tranquilo, porque no volverán los tiempos de sequía en los que no había corredores españoles en la parrilla. Hay heredero. Hay piloto. Tenemos a Carlos Sainz. Hace algo más de 13 años, Carlitos vivió un día muy especial que marcaría su vida. Junto a su padre, en una visita al Gran Premio de España de Fórmula 1, conoció a Fernando Alonso en el box del equipo Renault. El madrileño sólo tenía diez años y después de estrechar su mano por primera vez con el todavía aspirante a ganar su primer Mundial, tuvo clara una idea que pocos días más tarde trasladó a su padre: "Quiero ser como Fernando Alonso". Este no dudó en apoyarle.
Fue precisamente en 2005 cuando Sainz Jr. – que con el tiempo ha perdido el júnior y su padre ha pasado a ser sénior– se inició en el karting. Desde la base del automovilismo, fue consiguiendo victorias y dejando un buen sabor de boca allá por donde pasaba, a pesar de ser el
hijo de, algo que confiesa que le ha puesto cuesta arriba las cosas más de una vez, "porque todos quieren ganar al hijo de Carlos Sainz". Quién le iba a decir que una década más tarde compartiría parrilla con su ídolo, aquel al que veía como un dios en su primer encuentro. Alonso y los Sainz siempre han tenido una buena relación. Además de nacionalidad –lo que ya une bastante en los circuitos–, comparten ese gen ambicioso y las ganas de ganar y de trabajar de forma incansable que hace mejores a los pilotos. Quizás por todo esto, y porque confía en su calidad como piloto, Fernando siempre ha
etiquetado a Carlos como una promesa de futuro.
Inicios parecidos
Más allá de los rasgos de personalidad comunes, a nivel deportivo, Alonso y Carlos también han coincidido en algunos pasos iniciales en sus carreras deportivas. Curiosamente, Sainz dio el salto a la Fór-
mula 1 junto a un equipo con sede en Faenza ( Italia): Toro Rosso. Esta escudería nació en 2006 después de que Red Bull adquiriera Minardi, formación en la que Alonso completó sus primeras carreras en el año 2001. El segundo equipo de ambos en la F1 ha sido el mismo, Renault; y el tercero, también: McLaren. Por si fuesen pocas las coincidencias, en 2007 Alonso se encontró con un diamante en bruto como compañero en la escudería británica. Se llamaba Lewis Hamilton, era novato y llegaba mimado por el jefe del equipo. En 2019, Sainz tendrá al prometedor Lando Norris en el otro lado del box.
En la llegada de Sainz a McLaren hay un enorme componente romántico, pues el madrileño competirá en la formación que es su "sueño, desde que era niño", para la que lo ha hecho su ídolo Fernando, donde ya ha estado De la Rosa... McLaren es un equipo histórico en el que cualquier piloto querría estar en algún momento de su carrera deportiva, pero… ¿justo en este momento?
Los de Woking han tocado fondo esta temporada y han demostrado que sus debilidades no sólo se llamaban Honda. En julio, nada más
descubrir los errores de concepto en la creación del MCL33, abandonaron el desarrollo del coche, no hubo piezas nuevas y eso provocó que acabaran la temporada luchando por no figurar como último equipo.
En McLaren quieren empezar desde cero en 2019 y mirar hacia arriba de una vez. Prueba de ello
es que han reestructurado la organización interna del equipo y han fichado a dos grandes ingenieros: Pat Fry (ex de Ferrari) y James Key ( ex de Toro Rosso y aprendiz de Adrian Newey). Un buen primer paso. Con ellos, con otros que llegarán y junto a Carlos y Lando, van a tratar de reconstruir la escudería McLaren del pasado: la que ganaba carreras, peleaba por títulos y era fija en el podio. La de Senna, la de Prost, la de Häkkinen, la de Hamilton, la que pudo dominar con Alonso y en la que ahora Carlos Sainz quiere brillar.
Sainz será el tercer español allí, tras De la Rosa