¿El BMW Serie 1 es una alternativa interesante para comprar como usado? Te lo detallamos punto por punto
El BMW Serie 1 es el único compacto con propulsión trasera. ¿Un clásico del mañana?
AQUIEN SE ADELANTA LE CASTIGA EL DIOS del drift. Solo quien haga un movimiento preciso de volante en el momento justo disfrutará de la deriva en la zaga del BMW con el control de estabilidad desconectado. Sé lo que vas a decirme (y tienes razón): esto es infantil y también peligroso. Pero una pequeña derrapada en un circuito cerrado al tráfico siempre es un disfrute inigualable.
Esto es algo que difícilmente se encuentra entre los vehículos asequibles. El BMW Serie 1 (F20) es el último en subordinar los altos costes de producción y los déficits de espacio de la propulsión trasera al placer
de conducir. Pronto se terminará: el sucesor ya está en la línea de salida. Será bastante equilibrado, tendrá tres cilindros y, lo has adivinado, tracción delantera. Para los fanáticos intransigentes que no quieren cambiarse al más grande Serie 3, es una razón más para comprar un Serie 1 de la generación F20.
Como sucesor del Serie 1 de Bangle (E81), el F20 ingresó en la gama de BMW con un diseño menos provocativo y las unas ópticas traseras al estilo VW Polo que no son exactamente arrebatadoras. Era más alto y más pesado que su musculoso antecesor, pero también es más cómodo y adecuado para el uso diario.
En cualquier caso, es más veloz. Los motores turbo de gasolina desarrollados junto con PSA reemplazaron a los viejos atmosféricos y ofrecen un rendimiento considerable. El 116i es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 8,7 segundos. En combinación con su excepcional caja automática de ocho velocidades, este coche es cualquier cosa menos aburrido. La respuesta de la mecánica es algo tosca, a veces, pero su ajustado consumo lo compensa.
Más molesta es una dolencia que ya sufrió su predecesor: un motor bastante problemático. En el F20 no molesta la cadena. Aquí lo que pasa es que falla el tensor. BMW realizó
una campaña de reparaciones y todas deberían haberse hecho en un taller autorizado.
En el interior hay menos problemas. Todo está bien hecho y funciona bien cuando debe. Pero es algo soso. Más elegante y agradable se volvió el aspecto interior y exterior con el facelift de 2015, reconocible por las luces traseras prolongadas en el portón. Por cierto, todos los diésel cumplen con la normativa Euro 5. Hay disponibles modelos de la primera época (2011-2015) por menos de 10.000 euros. No es un mal precio a cambio del placer que da conducir un futuro clásico.