BMW X1/ X3
En el enfrentamiento entre el BMW X1 contra el X3 nos llevamos una pequeña (¿y esperada?) sorpresa
DESDE LUEGO, NO SOMOS EL COLMO DE LA ORIGINALIDAD. Pero es que el único adjetivo que se nos ocurre para estos dos BMW es buenos, realmente buenos. El X3 tiene más presencia, es más contundente a la vista. Es 27 centímetros más largo, siete más ancho y ocho más alto que el X1. Unas diferencias que, en realidad, no se traducen en mucho más espacio a bordo. El motivo es claro: en el X1, el motor está instalado transversalmente y en el X3 va longitudinal, lo que es mejor para el equilibrio y la dinámica de conducción, pero tiene
su contrapartida, porque solo ofrece un poco más de espacio en las plazas delanteras. En la segunda fila, según nuestras mediciones, son prácticamente idénticos. Resultado: en el X1 uno va suficientemente desahogado y hasta las personas altas van sentadas cómodamente. El X3 es más ancho por dentro, pero tiene menos espacio para la cabeza y te sientes relativamente bajo, más incluso que en el X1. Un empate, entonces. Lo que no se aplica a los maleteros, aquí el X3 se pone claramente por delante: 550 frente a 505 litros.
Ambos funcionan con el mismo motor diésel de cuatro cilindros y dos litros, con 190 CV, y ambos son xDrive. Este potente diésel le da mucho brío al X1,y la respuesta del cambio automático es acertada: un coche rápido en carretera y muy ágil para ser un SUV. El X3 comparte esta virtud, aunque su dirección es más sensible, igual que su respuesta y, en general, es más suave, sin perder por ello dinamismo. El único inconveniente: el dos litros no se aprovecha tan bien, puesto que el X3 es más grande y pesa 135 kilos más. Lo que nos lleva a una conclusión: para el X3 recomendamos el diésel de seis cilindros en línea de tres litros con 265 CV, siempre que puedas permitirte ese lujo, claro. Pero eso ya es otra historia.
Nuestra recomendación es clara: el X1 xDrive20d por 41.250 euros. Es mucho dinero, pero el BMW X3 cuesta aún más: 51.300 euros.