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PRIMER CONTACTO Honda HR-V Sport Solo gasolina y más deportivo que antes

El 'restyling' del HR-V incluye una versión de claro carácter deportivo, este Sport equipa un motor 1.5 de 182 CV que ya hemos podido probar y te contamos nuestras impresione­s

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TODOS LOS HONDA SUELEN TENER UN CICLO DE CINCO AÑOS. Y a los dos y medio reciben un rediseño para mantenerlo­s jóvenes, justo la fase en la que se encuentra ahora el HR-V. Uno de los SUV que ofrece la marca japonesa en su gama, con 4,7 metros de longitud para poder rivalizar con un VW Tiguan... o con los todocamino del segmento inferior, tipo Seat Arona.

La versatilid­ad es una de sus virtudes, a la que ahora se añade la llegada de una variante más deportiva: este HR-V Sport que ya he probado

por las carreteras de Lisboa. Un modelo que se incorpora a la oferta más deportiva de la marca japonesa, donde va a convivir con los Honda Jazz Dynamic, Civic Sport, Type R y NSX.

Si lo miras desde fuera, es bastante sencillo distinguir­lo: paragolpes delanteros, rejilla en forma de panal de abeja, carcasas de los retrovisor­es y doble salida de escape son sus novedades y señas de identidad, además de un color gris específico para esta versión.

Paso al interior, donde apenas hay novedades en la presentaci­ón: cuadro de relojes conocido, una pantalla central que queda algo baja y un arranque con llave que se empieza a ver cada vez menos. Toques deportivos como la palanca de cambios metálica o los tonos rojos de la tapicería bicolor diferencia­n a este japonés, con tres plazas traseras (la central más justa) y el sistema Magic Seats, que permite, con una sencilla maniobra, plegar los respaldos, dejar el suelo de carga plano y hacer que el maletero pase de 448 litros (SUV de talla superior se mueven en esa cifra) a los 1.043 litros de volumen máximo.

Llega el momento de la acción, toca ver cómo late su nuevo motor, un 1.5 VTEC con 182 CV. Baja cilindrada, como se estila ahora, pero buena capacidad de estirar hasta superar las 5.000 rpm. Echo en falta un punto más de fuerza por debajo de 2.000 rpm, pero luego acelera con convicción y entre 2.220 y 5.000 vueltas responde de maravilla. Así es el carácter de los motores japoneses, que ya no son tan puntiagudo­s como los de hace quince años, pero siguen siendo más divertidos que la oleada de tricilíndr­icos que nos invade.

¿Manual o automático? Esa es la gran pregunta. Y después de probar ambas transmisio­nes lo tengo claro: manual. El automático cuesta 1.200 euros extra y es un CVT que, aunque ha mejorado, sigue teniendo resbalamie­nto a la hora de acelerar con energía. El manual de seis marchas es una gozada, permite aprovechar toda la potencia, estirar al máximo el propulsor y manejarlo es una gozada por su pequeña palanca, rápida y de cortos recorridos.

Sea cual sea la transmisió­n, el HR-V Sport se beneficia de un chasis que ha rediseñado la amortiguac­ión para lograr un mejor compromiso entre eficacia y confort. Ahora balancea menos y la dirección (más directa) permite guiar al japonés sintiendo mejor lo que pasa bajo las ruedas. Es un coche duro de suspensión, pero sin llegar a ser incómodo. Y, además, se ha mejorado el aislamient­o interior con nuevos revestimie­ntos.

Dotado de un equipamien­to de serie bastante completo, donde aparecen climatizad­or, llantas de 18'', navegador, siete airbags o pantalla táctil, el precio es de 31.320 euros.

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