PRIMER CONTACTO Conducimos la gama Seat TGI
Hay un camino intermedio entre los motores de combustión interna y los electrificados: los propulsados por gas natural comprimido (GNC). Probamos el Seat León ST TGI
SEGURAMENTE TE PREGUNTES POR QUÉ de un tiempo a esta parte los fabricantes están centrados en presentar modelos cada vez más eficientes, sin olvidar las distintas ofensivas de vehículos eléctricos de cada marca.
El causante de esta fiebre es pos de la eficiencia es la Unión Europea y su CAFE (Company Average Fuel Economy; Media de Emisiones de Gama), una estricta normativa europea que pretende reducir drásticamente las emisiones de los automóviles nuevos que se comercialicen
en la UE. La normativa CAFE, que entra en vigor en 2020 –y cuyos límites se reducirán progresivamente–, establece una media de gama de 95 g de CO2/km, y todo gramo que se supere tendrá fuertes multas: 95 euros por cada unidad comercializada.
Para hacer frente a un panorama tan estricto, las distintas marcas de automóviles están echando el resto a base de reducir su portfolio y olvidarse de versiones vitaminadas, introducir vehículos electrificados –híbridos, híbridos enchufables o eléctricos puros– o de otro tipo.
Seat, por ejemplo, que va a lanzar a principios de 2021 el el-Born, su primer eléctrico puro y jalón inicial de una ofensiva eléctrica sin precedentes. Pero hasta la llegada y popularización del el-Born, hay que hacer los deberes previos, y en ese aspecto ha encontrado en el gas natural comprimido (GNC) un aliado ideal.
Según datos aportados por la marca española, un vehículo de GNC reduce en torno a un 25% sus emisiones de CO2 con respecto a su homólogo de gasolina, y hasta un 75% de NOx respecto a un diésel. A ello
se añaden ventajas económicas: bajo coste por kilómetro recorrido y por la alta autonomía que proporciona.
En este sentido, Seat cuenta en su gama TGI (que es como se denomina los modelos propulsados por GNC) con cuatro modelos: el Mii Ecofuel, el Ibiza, el León 5p y ST y el Arona. Tanto Ibiza, como Arona y León añaden ahora un tercer depósito de GNC, con lo que los dos primeros modelos alcanzan ahora una autonomía de 400 km utilizando solo GNC, mientras que el León llega hasta los 500.
No obstante, no todo es tan de color de rosa, y es que, lamentablemente, solo hay a día de hoy 65 estaciones de servicio en España que surtan GNC –aunque se espera que a final de año sean 100–, una oferta bastante pequeña.
Sea como fuere, la gama TGI es una alternativa muy a tener en cuenta. De la gama existente me incliné por probar el León ST FR con el nuevo motor 1.5 TGI de 130 CV, asociado a la transmisión DSG de siete relaciones.
Lo cierto es que salvo al arrancar –un poco tosco y algo más de vibraciones, muy leves–, el León ST de GNC inicia la marcha, toma velocidad y realiza adelantamientos tan bien o mejor que un TSI. Eso sí, a alto régimen es más rumoroso. En cualquier caso, todo se compensa al ver comprobar el consumo para un recorrido de 123 km (Madrid-Ávila) a ritmo ligero: 4,4 kg/100 km. Teniendo en cuenta que el precio medio del kilo de GNC es 0,90 euros, el viaje ha salido por 3,96 euros. Interesante, ¿no?