No todos los días se conduce un Pagani: nuestro compañero es un tipo con suerte
Pagani ha presentado el Huayra Roadster BC. Y yo he cumplido un sueño: darme una vuelta en el genuino y espectacular Zonda
EN MI PRIMER DÍA EN AUTO BILD, LA PRIMERA pregunta que se me hizo fue: ¿cuál es tu coche favorito? Respondí sin pensar: ¡Pagani Zonda! Bueno, para qué engañarnos, Pagani y punto.
Hago un repaso rápido para todos aquellos que no están al día en el asunto de los pequeños fabricantes italianos: desde 1999, Horacio Pagani lo fía todo a los motores AMG, a una refinada carrocería de fibra de carbono, a un diseño exótico y una calidad que, incluso en esta categoría y costando lo que cuestan estos coches, sigue despertando admiración.
¿He dicho 1999? Sí; como ya habrás calculado, querido lector, la marca celebra ahora su 20 cumpleaños. Y el negocio va viento en popa. Ya se han fabricado y entregado 100 coupés del modelo Huayra, más 20 Huayra BC, hay 100 Huayra Roadsters planificados y a partir de la primavera de 2020, el Roadster BC.
De vuelta a mis comienzos en AUTO BILD, casi cuatro años después, monto en un Pagani Zonda F Clubsport. ¡Aquí empieza la historia de cómo mi sueño personal se hizo realidad! La objetividad periodística me la acabo de dejar en el control de seguridad del aeropuerto. De todos modos, tratándose de una marca como Pagani, eso no importa.
Así que enfoquémonos en el pueblo italiano de San Cesario sul Panaro, en Turín. Pagani nos ha invitado, pero sólo puede ir uno. Lo tuve claro: ¡debía ser yo! Y un coche que nunca tendría que haber existido: el modelo especial Huayra Roadster BC. Originalmente no estaba previsto porque el equipo en torno al fundador de la compañía estaba muy ocupado con la producción del Huayra Roadster y el desarrollo de un sucesor (llamado internamente C10). Hasta que un cliente de Pagani hizo una transferencia en blanco. El concepto de la misma: Huayra Roadster BC. Esta transferencia fue seguida por otros clientes enamorados de la marca. Así que Pagani decidió desarrollar una versión abierta del Huayra BC.
Eso fue en 2015. Cuatro años más tarde, la edición limitada de 40 ejemplares está terminada. Horacio Pagani me explica en detalle durante casi una hora lo que se ha cambiado en el Roadster BC. Lo hace en italiano. Es un hombre menudo, a primera vista casi tímido, lleva una chaqueta verde a cuadros y no habla inglés. La traducción la hace su hijo Christopher. Pero incluso sin un in
térprete, siento su pasión, la fascinación en sus historias. Tengo la impresión de que él podría seguir hablando horas y horas. Y yo, me quedaría a escucharle para siempre...
Cambio de escenario: Autodromo di Modena, la pista de dos kilómetros que en las décadas de los 50 y 60 fue un circuito de Fórmula 1. Hoy es la pista de pruebas de Pagani. Aquí quieren demostrar cuánto trabajo se ha invertido en el ajuste y perfeccionamiento del Roadster BC. Un pequeño pero: únicamente puedo sentarme a la derecha. ¿Y quién va detrás del volante? El piloto de pruebas Andrea Palma.
Y cómo lo controla. Launch Control y arrancamos: el V12 6.0 biturbo de Mercedes-AMG suena como una tormenta eléctrica, la aceleración es brutal, pero lo son incluso más los cambios de marcha. A toda velocidad, pausa, explosión, la siguiente marcha... y el motor aullando y presionándome una y otra vez contra el asiento. Andrea lleva este modelo de preproducción de lado con una sola mano por las curvas. Y habla sobre el V12 biturbo, que ahora tiene cuatro intercoolers, dos válvulas de mariposa y turbos más grandes. Rinde 802 CV (para tirar de tan sólo 1.250 kilos de peso) y más de 1.000 Nm de par. Y lo que me deja pasmado: tan pronto como se complete la homologación, Pagani promete que cumplirá el próximo estándar de emisiones Euro 7.
Bueno, ya he ido demasiado rato de copiloto. Ahora quiero ponerme al volante, concretamente, al volante del Zonda. Es el lugar con el que llevo soñando desde la noche anterior. Bueno, a decir verdad, casi toda la vida; echo una mirada inocente, lo pregunto a media voz con timidez; sé lo que me estoy jugando. Y llega la respuesta es que sí, sí que puedo. Al día siguiente.
Por supuesto que no pude dormir en toda la noche. Me levanté a las cuatro en punto y a las nueve ya estaba esperando en la entrada de la fábrica de Pagani, cuando me llegó ese sonido inconfundible: el de un V12 de 7,3 litros atmosférico. Al momento siguiente, un Zonda F blanco entra en escena. No es un Zonda normal, sino el coche de Benny Caiola, el primer cliente de Pagani. ¿Y ahora me lo dejan conducir? ¿A mí? Lo confieso, estoy temblando, al borde de las lágrimas, mientras me siento detrás del volante de madera Nardi. Lágrimas de emoción, >>
>> claro: el Zonda es de cambio manual y su característico escape Cinque es la guinda ideal para este pastel. Así es como lo compraría. Si tuviera el… bueno, ya sabes: un Zonda usado cuesta entre dos y 15 millones de euros. Desde luego, no es mi liga, así que voy a disfrutarlo como si fuera (seguramente lo sea) la última vez.
En los primeros metros estoy más tenso que en cualquier otro coche que haya conducido antes. Pero rápidamente me doy cuenta de que el Zonda es hasta fácil de llevar. El embrague se deja dosificar con mucha finura. El desarrollo de potencia es típico de un atmosférico, muy lineal. Y luego está este sonido: a partir de las 4.000 rpm, el 12 cilindros grita en una
tonalidad que no tiene comparación posible, incluso entre los superdeportivos. Es una maravilla jugar con el punta-tacón al reducir con el cambio: es perfecto, y no lo digo por decir. A pesar de la propulsión trasera, no hay deslizamiento. Una y otra vez, trato de entender, mientras conduzco, cómo lo logra. Y por encima de todo: cómo he llegado yo hasta aquí. ¿Un día con un Pagani? ¡Nooo! Más bien, este ha sido mi día en el paraíso.