¿Quién responde en caso de accidente provocado por el uso del móvil?
Es una evidencia incuestionable que nos hallamos inmersos en plena revolución digital. Sin embargo, como en todas las revoluciones, en esta tampoco nos libramos de pagar un alto precio que, en ocasiones, se salda con vidas humanas. No tenemos más que teclear en Google “móvil y accidentes” y los titulares son alarmantes: se reprocha al móvil, entre otras causas, la de constituirse como la mayor causa de muerte por accidentes de tráfico y, pese a todo, debemos asumir que las pantallas inteligentes han venido para quedarse y ya tenemos 'displays' hasta en el horno, la cocina, la televisión y, cómo no, en nuestros vehículos, sean de dos, tres, cuatro o más ruedas.
De hecho no pocas compañías tecnológicas han comenzado desde hace tiempo su escalada competitiva en el vehículo 'autoconducido'. Google, Apple, Volvo, Tesla, entre otras muchas, invierten fuertes sumas en dar con la solución más segura. Pero cuando algo falla, ¿quién tiene la culpa del accidente? ¿Debemos reputar responsable al 'conductor' que no conduce? ¿O por el contrario a la solución tecnológica en la que el conductor y el resto de usuarios han hecho depósito de su confianza? Y lo más importante: ¿cómo afectará esto a nuestros derechos y obligaciones, y a las pólizas y normas que regulan estos derechos para percibir una indemnización en caso de accidente de tráfico? Es sabido que, lamentablemente, la legislación rara vez se anticipa a la realidad social, sino que procede a su regulación una vez nace esta necesidad impuesta por los propios usos sociales. Y esta parece ser la encrucijada en la que nos hallamos en el presente momento. Siendo así, nos encontramos en tal impás carente de regulación frente a una realidad que no nos queda más remedio que recurrir a las máximas generales de la prudencia y extremar la precaución para evitar que los accidentes provocados por el inadecuado uso de las tecnologías sigan perfilándose como una cifra que bate récords en su aumento.
Han de venir normas obligatorias para todos los países. Sin embargo en España, la Fiscalía ya ha emprendido esta cruzada contra el mal uso del móvil en accidentes de tráfico y el fiscal jefe de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas Cabrera, está firmemente decidido a combatir y sancionar el uso de las tecnologías -y en concreto, del móvil- cuando este se constituya como causa eficiente del accidente de tráfico, investigando si el uso del teléfono pudo haber influido en el mismo como causa determinante de su conclusión. Ardua tarea, pues la mayoría de móviles aparecen configurados con claves que limitan su acceso y su uso.
Aun en el caso de haber recibido o emitido una llamada, es más que discutible, pues no dejan de ser susceptibles de operarse por voz, y su “uso inadecuado” no dejaría de resultar ”discutible u oponible”. Pero lo cierto es que el móvil se constituye como una de las primeras causas en el aumento de la mortalidad por accidentes de tráfico y que la batalla contra su uso inadecuado e irresponsable ya ha comenzado a librarse. Serán las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado quienes decidan la penalización a actuar por el uso de estos dispositivos por los conductores y peatones.
De modo que, ante un accidente de tráfico, todo daño y perjuicio personal generado por la tecnología quedará expresamente cubierto por la ley, salvo que pueda demostrarse que la causa del accidente de tráfico se deba a un error humano o a falta de la diligencia debida.