EL COSTE DEL MANTENIMIENTO
como el botón giratorio del cambio automático se escamotea debajo del túnel central.
Una solución interesante, pero se tarda demasiado antes de que finalmente puedas engranar la `D' y echar a andar. El apartado dinámico lo domina el XE 20d, incluso después de más de 100.000 kilómetros en su haber. La rápida y eficaz transmisión automática de ocho velocidades proviene de ZF y casa a la perfección con este motor diésel de un elevado par (430 Nm). Además, el motor de cuatro cilindros gorgotea solo cuando hay una elevada demanda de potencia, ¡como debe ser!
El tren de rodaje tiene un reglaje rígido, aunque en ningún caso se puede decir que se trata de un coche de carácter deportivo. Sin embargo, el XE de 1,6 toneladas se mueve con soltura en las curvas y incluso más ágil que un Mercedes Clase C. Esto también se debe a la distribución de peso casi equilibrada 50/50 y a una dirección precisa y nada nerviosa. Con esta elegante mezcla de deportividad y comodidad, la marca británica dio en el clavo.