PRIMER CONTACTO Mini JCW GP 306 CV y más de 265 km/h. Y sí, es un Mini
Es el Mini John Cooper Works GP y puede ir a 265 km/h… como mínimo, ya que no está limitado
ME SIENTO COMO EL BARÓN VON MÜNCHHAUSEN, un noble alemán del siglo XVIII, famoso por sus asombrosas y ficticias hazañas recogidas en el libro Las aventuras del Barón von Münchhausen y, como él, estoy sentado sobre una bala de cañón, esta vez, con ruedas. Vuelo, corro, disparo, torpedeo. Y también salto y reboto un poco… como en las correrías de aquel noble.
Este Mini tiene 306 CV proporcionados por un motor 2.0 de cuatro cilindros, con un par de 450 Nm y acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos. Pero lo más importante: no tiene la velocidad limitada como sus hermanos de gama, por lo que sobre el papel puede alcanzar los 265 km/h. ¡265 con un Mini! Y debido a que este pequeñín de tres puertas mide solo 3,88 metros y tiene una batalla de 2,50 metros, es tan ágil como un kart, pero con un chasis rígido como una bala de cañón, es normal que saltemos y saltemos. Suena divertido, pero solo a medias, cuando la curva de la autopista alemana sin límite de velocidad por la que circulo se cierra yendo a 260 y pico con un aparato que se pone de lo más nervioso con cada irregularidad del firme. Y, entre nosotros: 260
km/h en el velocímetro, pero al pedal del acelerador aún le quedaba recorrido. ¿Lo pillas?
El Barón von Münchhausen pudo salir del trance. Y es que a veces es muy útil tener un sistema de frenos de cuatro pistones con discos ventilados de 360 milímetros en el eje delantero. Y, por supuesto, todos los demás trastos de carreras. Pero vayamos por partes. Mini John Cooper Works GP es un nombre casi demasiado largo para un coche tan pequeño. Una variante superrápida no es una novedad, pues ya estaba disponible en 2006 con un kit GP y hace siete años con su propia variante, cada una con 218 CV. Pero esto es diferente. BMW le ha colocado el motor dos litros de cuatro cilindros con 306 CV del actual M135i. Solo que el Mini no tiene tracción total, sino tracción delantera y, por lo demás, está completamente diseñado para una construcción liviana. A modo de comparación: el Serie 1 pesa 1,6 toneladas, este Mini solo 1.255 kilos. Nuestra unidad de pruebas es incluso 50 kilos más ligera, porque no tiene ni sistema de navegación ni climatizador. Eso sí, hicieron los cálculos sin el Barón von Münchhausen, y él también debería poder entrar. Los asientos deportivos en la parte delantera cuentan con una sujeción lateral impresionante, y no hay bancada trasera, sino un puntal cruzado de aluminio. Está pintado de rojo y se ve tan peligroso como el resto de los adornos de carreras. Como, por ejemplo, el alerón del techo,
que parece hecho con dos enormes rulos. O los pasos de rueda de carbono, que permiten un ancho de vía mayor y ruedas más anchas. Y como estamos en un Mini, por supuesto, puedes personalizarlo todo. Puedes tener tu nombre impreso sobre la guantera. Podrías grabar Barón von Münchhausen. ¿Sería todo un vacile, verdad?
Mini va a producir sólo 3.000 unidades de estas balas de cañón, de las que 100 vienen a España en estas fechas, a un precio nada desdeñable de 45.900 euros.
Pero más increíble que su precio es cómo se comporta este artefacto de carreras afrontando curvas cerradas o jugando en carreteras sinuosas. Cero oscilaciones laterales, solo avanza hacia delante. El par de 450
Nm está disponible desde 1.750 vueltas y aguanta hasta las 4.500. Eso significa que el estómago se queja en cada situación de conducción, especialmente con el Steptronic de ocho velocidades con bloqueo mecánico del diferencial. Si utilizas las levas del volante, sube y baja de marchas a la velocidad del rayo; y al reducir emite unos tremendos petardeos por el escape, compuesto de dos enormes tubarros de 9 cm de diámetro, en los que cabe un iPhone.
Y es que todo en este Mini es políticamente incorrecto, porque montar en una bala de cañón también va en contra de las normas de tráfico. Corremos, casi volamos, y parece que incluso disparamos por estas carreteras secundarias, porque ahí es exactamente donde pertenece este poderoso Mini. Diseñaron la dirección de manera tan precisa, que casi es capaz de detectar cuándo llega una curva. Y es ahí, en las curvas, cuando el bloqueo del diferencial mecánico se alegra, porque asegura que entre la rueda delantera izquierda y la derecha no haya disputas; actúa como un bloqueo cruzado entre ellas, enviando más potencia a la rueda que tiene el mejor agarre. ¿En qué se traduce esto? Parece como si hubieran rociado las ruedas con pegamento Superglue.
Esto suena tan increíble hoy en día como lo que hizo el Barón von Münchhausen cuando quiso sobrevolar un pantano sobre una bala de cañón y logró aterrizar sano y salvo.