Audi e-tron Sportback 55 quattro ¿Vale la pena este SUV eléctrico?
En el refinado y tremendamente avanzado Audi e-tron Sportback se conjugan un motor eléctrico extremo y tecnología punta. Súbete con nosotros a este, su primer test
EL AUDI E-TRON SPORTBACK ES UNA VERDADERA paradoja. Por un lado, se ve como un SUV poderoso, superrápido y potente, caro, bastante exuberante y nada modesto. Por otro, contiene ese halo de protector medioambiental, funciona muy bien como líder de imagen en términos de sostenibilidad y, además, puede acceder al centro de las ciudades con la conciencia muy tranquila. Otro argumento que se ajusta a nuestro planteamiento es que, básicamente, un automóvil eléctrico es la cosa más sencilla del mundo: un bloque de hierro envuelto con alambre de cobre funciona como motor, y su energía proviene de una batería que se carga con un enchufe.
Pero, por otro lado, y en otra gran paradoja, este Audi es uno de los eléctricos más complejos del mercado. En su batería, un total de 432 celdas, con una capacidad teórica de 95 kWh se distribuyen de manera plana en los bajos del automóvil,. Dos motores eléctricos de hasta 396 voltios suministran la energía, uno de las cuales funciona en modo de empuje como generador y puede recuperar tanta energía que puede incluso detener este pesado SUV. Dependiendo de la carga y la velocidad, los motores trabajan juntos en una red inteligente y con un engranaje planetario distribuyendo la fuerza: con todo, este bólido eléctrico puede alcanzar los 200 km/h. Para que esta compleja sopa de electrones no hierva, casi 20 litros de líquido enfrían el sistema. Al final, la diversión eléctrica debería durar "hasta 436 kilómetros". Así que hay mucho que probar en el Audi e-tron 55 Sportback. Vamos a ello.
De forma inmediata te puedo decir ya que su rodar es muy bueno, en principio. Claro, este coche es una bestia parda gracias a su potencia de 408 CV. De hecho, tan pronto pisas el acelerador, vuela casi en silencio, sin esfuerzo. Gracias a su masa equilibrada y su bajo centro de gravedad, es inesperadamente estable y neutral, además de muy cómodo gra
cias a su suspensión neumática. Su suave dirección resulta de lo más agradable. Esto va bien por ahora.
Pero también hemos detectado ciertos puntos no tan positivos. Comencemos con su autonomía. Incluyendo tramos rápidos en autopista y tráfico urbano, hemos logrado un alcance de solo 320 kilómetros. Esto puede pasar factura en un día ajetreado. A las baterías, por otro lado, no les gustan nada la velocidad ni las fuertes maniobras de aceleración, que también ralentizan su rendimiento, y mucho. Una aceleración de cero a 200 km/h, por ejemplo, teóricamente roba al sistema casi diez kilómetros. Si le exiges que demuestre su verdadero rendimiento y a menudo recurres a su potencia máxima circulando por encima de los 160 km/h, el e-tron puede quedarse seco después de recorrer solo 150 kilómetros.
En cualquier caso, tenemos que poner los datos de rendimiento de Audi en perspectiva. Por ejemplo, los 300 kW (408 CV), poderosos y atractivos, solo duran alrededor de ocho segundos. Lo que siempre tendrás disponibles son 100 kW (134 CV). El consuelo: la comodidad del asiento es excelente y el nivel de seguridad es enormemente alto.
Tampoco nos ha hecho mucha ilusión el hecho de que si deseas utilizar la completa gama de conectividad disponible, debes hacer una
inmersión previa y muy profunda en el funcionamiento del extenso sistema operativo de las dos pantallas táctiles, pues de lo contrario, una vez en marcha, el sistema te distraerá
En este sentido: los retrovisores exteriores virtuales cuestan 1.875 euros adicionales, pero no los valen. La perspectiva fija confunde, tardarás en acostumbrarte a la posición de las pantallas bajo la ventana, y los ajustes para aumentar o reducir la imagen son un engorro. Los espejos viejos son mejor opción en este futurista Audi. Toda una paradoja.
Dos motores eléctricos son los encargados de empujar. Ya se por separado o juntos, permiten alcanzar los 200 km/h