Se cumplen 70 años de Seat. Repasamos sus inicios, hazañas y anécdotas
Seat celebra sus siete primeras décadas en el momento más dulce de toda historia
La firma española cumple 70 años en su mejor momento de forma
ADIFERENCIA DE OTRAS EMPRESAS COETÁNEAS, la Sociedad Española de Automóviles de Turismo S.A. fue el ojito derecho del Estado desde el mismísimo momento de su fundación oficial, el 9 de mayo de 1950 hasta que pasó a manos del Grupo VW en 1986.
Y, sin embargo, ni la primera inyección de capital ni esa última por parte de los alemanes vacunaron nunca a Seat contra muchos virus que, de orígenes muy diferentes, acabarían resultando letales para otras compañías igual o más arraigadas, como la Hispano-Suiza, Barreiros
Diésel o Pegaso. ¿Por qué? ¿Tuvo la empresa esa misma baraka que tantas veces salvó al Franco, su impulsor, de la desgracia? ¿Alguien le declaró la guerra realmente a competidores como Renault? ¿Algún gobierno de la democracia la inmunizó luego contra la entrada de España en la Comunidad Económica Europea y un mercado aún más grande, disputado y hostil?
'Seat is different'
Poco se ha hablado de los méritos de una compañía que nacía montada a toda prisa sobre las cenizas de una guerra civil como la española, con los restos de la vencida Italia como casi única potencia aliada en lo bélico años atrás y en lo industrial, en los 50. España necesitaba una armadura urgente contra los desafíos de la movilidad y tuvo que pertrecharse bajo licencia Fiat.
En los años de la autarquía y el bloqueo internacional, el país debía motorizarse con los vehículos comerciales de la Empresa Nacional de Autocamiones S.A. (ENASA), bajo el caballo sin alas de Pegaso. Y a su vez, asegurar el transporte de personalidades del Régimen y de civiles de a
pie (o de Vespa y Biscúter) en taxis. Luego ya, generalizar el automóvil entre las familias de bien, pero en ese orden. Nacían así el 1400 (1953) y el exitosísimo 600 (1957).
'Siempre Estarás Apretando Tornillos'
Aunque los más agoreros no daban un duro por dejar algún día de ensamblar piezas italianas en la Zona Franca de Barcelona y crear coches genuinos Seat, el esfuerzo por innovar fue una constante. Y en los años del desarrollo, hasta los 70, la movilidad del país fue cambiando a muchos kilómetros por hora.
Sin embargo, la crisis del petróleo de 1973, los vaivenes de los últimos
años del franquismo y el estancamiento de las ventas –a pesar de los éxitos del 850 (primer Seat con gama completa) y del avanzado 127 (y nunca mejor dicho, porque estrenaba la tracción delantera)– hicieron que por primera vez se temiera por el futuro.
Los locos 80... y VW
Después de haber hecho sus pinitos de rebeldía, desarrollando el departamento de Seat Competición casi al margen de la casa matriz y haber tonteado con la posibilidad de hacer diseños absolutamente genuinos (mira el recuadro de la derecha), la firma española sufrió una sobredosis de realidad que cambiará su historia.
En 1979, Fiat pasa a ser accionista mayoritaria de Seat, obligando a la española a producir más unidades pero de una gama de modelos recortada. Y un año después, vendía su parte de la empresa, el 80% al Instituto Nacional de Industria. Pero al ver una amenaza en el nuevo Seat Ronda –recién exportado a Italia–, Fiat interpuso una demanda por plagio del Ritmo.
La suerte estaba echada... pero la resolución favorable a Seat –que demostró con un Ronda que las partes pintadas en amarillo eran propias y no eran menos del 10% del Ritmo– evitó la condena y el cierre por insolvencia. Así, en 1982, "tras años de estrecha colaboración con Fiat", como rezaba un vídeo promocional, Seat
"decide" modernizarse y anuncia un acuerdo con VW para renovar gama, acceder a su red de distribución internacional e importar en exclusiva algunos de sus coches. Hasta su adquisición total por parte de VW en 1986, la picaresca patria y la necesidad hacen que venda antiguos Fiat modificados con la fórmula Ronda (131, 127 Fura, Panda), al tiempo que desarrolla el primer coche 100% Seat, que llevaría una culata diseñada por Porsche con las medidas de la línea de montaje de Barcelona como condición. ¿Qué podría salir mal ante esa genial acción de marketing?
Despegue, consolidación y récords
Aunque la entrada en el Grupo VW significara supervivencia, aumento de la calidad y éxito creciente hasta hoy, es justo decir que el reto fue mayúsculo: renovar gama, consolidar resultados y definir su propia identidad respecto a Audi, VW... y Skoda.
Desde entonces, el Centro Técnico de Martorell, los éxitos deportivos y las ventas le han dado el ansiado prestigio. En 2018 independizó Cupra como marca, lo que no frenó que Seat firmara en 2019 su mejor año en matriculaciones (574.078) y facturación (346 millones de euros). Y por eso hoy, en plena electrofiebre, puede celebrar la fabricación de más de 19.140.000 unidades de 75 modelos y su mejor momento en 70 años. R. Fersainz