CAMBIAN LOS TIEMPOS Y LAS MODAS, PERO NO LA NECESIDAD DE MOVERSE
ME CONTABA UN AMIGO QUE HACE UN PAR DE AÑOS le tocó cambiar de coche, y con la mente puesta en satisfacer una necesidad –ir del punto A al B– y, además, darse un capricho –merecido– acudió al concesionario de una marca premium. Tuvo la mala suerte de toparse con un agente comercial de la vieja escuela –de las que ya quedan cada vez menos–, con muchos prejuicios e instalado en los estereotipos, y como mi amigo no encajaba en el perfil tipo (estético) del comprador de esa marca, lo despachó a base de ignorarlo olímpicamente. Por fortuna para mi amigo, la competencia posibilita que haya más donde elegir, así que una marca rival –con comerciales de mente abierta– se llevó el gato al agua.
Cuento esta anécdota, porque siempre tengo presente las palabras de Tomás Villén, CEO de Porsche Ibérica, cuando alecciona a sus comerciales: “No juzguéis a un posible comprador por cómo viste, porque lo más probable es que tenga mucho más dinero que vosotros”. O incluso esté forrado...
Es un hecho: los tiempos, las modas... todo cambia. Pero lo que no cambia –y espero que no lo haga nunca– es la necesidad de moverse, de viajar. En esta extraña nueva normalidad, tenemos la suerte de contar con un país fabuloso en el que viajar en automóvil no es una aventura, sino un placer para los sentidos.
En este número de AUTO BILD te mostramos unas cuentas propuestas válidas todas ellas para disfrutar de las vacaciones.
Comerciales: No juzguéis a un posible comprador por cómo viste, porque puede que esté forrado”