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ALFA ROMEO GIULIA QUADRIFOGL­IO

- Apuñalan Muerde jugártela

Motor

V6 biturbo, delantero, longitudin­al Cilindrada 2.891 cc Potencia 510 CV a 6.500 rpm Par 600 Nm a 2.500 rpm Transmisió­n Automática, 8 vel. Tracción Trasera Largo/Ancho/ Alto 4.639/1.873/1.426 mm

Peso 1.720 kg Velocidad máx. 307 km/h 0–100 km/h 3,9 s Consumo – Emisiones CO2 11,2 l/100 km – 266 g/km Precio 98.150 euros >> ñes, porque cuando se trata de enseñar las garras, el C 63 S se come el Contidrom como el monstruo de las galletas una de chocolate. Impresiona por cómo se agarra al asfalto y sin que la zaga te dé ni un solo susto ni en cambios repentinos de dirección.

En resumen: hace un trabajo impecablem­ente limpio. Y si sabes llevarlo con maestría, puedes hacer unos excitantes derrapajes (en mi opinión, mejor en la posición Confort), porque la dirección transmite de forma fiel lo que pasa bajo las ruedas y el motor aporta la cantidad justa de par para poder dibujar en el asfalto unos bonitos tatuajes en forma de goma quemada. Sólo aquellos que

las curvas y las trazan con escuadra y cartabón encontrará­n un indeseable subviraje. No obstante, el remedio es sencillo: abres levemente la dirección, das un poco de gas y el Mercedes girará obediente por donde estaba previsto.

Con la descomunal fuerza del motor biturbo, pero también con la inesperada ternura del control de tracción, que se puede ajustar hasta en nueve posiciones, el AMG sale

disparado hacia adelante a la salida de las curvas y, a pesar del posible y notable ángulo de deriva del tren trasero, sientes que lo tienes controlado en todo momento.

Cambio de tercio. Me pongo al volante del Giulia. En los primeros kilómetros ya sientes que el italiano se siente mucho más ligero. No en vano pesa 57 kilos menos (el Mercedes pesa casi 1,8 toneladas). Giro el volante medio grado y el italiano se cambia automática­mente de carril, su dirección es ultrarrápi­da y directa y eso exige un estilo de conducción mucho más atento y sin alardes. También se nota que el Alfa mejor el asfalto con las ruedas delanteras. Sus frenos más efectivos también permiten más velocidad al final de la recta. Sin embargo, si quieres obtener el mejor rendimient­o y el menos tiempo por vuelta, tienes que desconecta­r la electrónic­a y poner en juego tu pericia, porque con el control de estabilida­d activo, incluso en la posición 'd' (dinámica) del sistema DNA, interviene con demasiada contundenc­ia y te hace perder tiempo. El propio piloto tiene que conducir lo más fino posible y actuar con limpieza. En el Mercedes, todo funciona de forma natural y vas rápido sin tanto.

En conclusión: no hay pasión sin razón, ni corazón sin cerebro. 100 puntos para Giulia, al menos cuando se trata poner sobre la mesa la esencia de una berlina deportiva. Es rápido, elegante, emocionant­e y seductor. Aunque no tan universal como el elegante C 63 S, que tiene un dinamismo ejemplar y un fantástico motor V8.

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