TEST Abarth 595 Monster Yamaha
Un 595 serie limitada desarrollado por Abarth y el equipo Yamaha de MotoGP. ¿Aceptas el 'pique'?
TIENES QUE IR TODOS LOS DÍAS A LA OFICINA con tu propio coche? ¿O lo reservas sólo para las escapadas de fin de semana? Pues El Abarth 595 Monster Energy Yamaha, con su fama mundialista de hacer máquinas razonables pero para disfrutones, pretende postularse como candidato al disputado título de hacerte vibrar en cualquier situación.
Y por si no sabes si aceptar el pique de un escorpión que se dedica a esto hace 70+1 años, te cuento: se trata de una serie limitada y numerada de 2.000 unidades basada en el 595 Turismo que ha sido desarrollada por Abarth y el equipo de MotoGP donde corren Maverick Viñales y Valentino Rossi. Así, trata de llegar a un público –¿joven?– enamorado de las sensaciones deportivas sobre cuatro ruedas y sobre dos, que quiera combinar la pasión y las sensaciones de las motos con la estabilidad y la polivalencia que puede aportar un utilitario vitaminado como este. Y todo, con una estética tan singular como supeditada a las prestaciones.
Así que después de hacer a la carrera unos recados por la ciudad aprovechando sus reducidas dimensiones y que los exclusivos baquets recogen perfectamente sin resultar incómodos, es hora de dejarme llevar por esta maravillosa doble vida a la
que siempre invita Abarth. Una pantalla central de 7" me recuerda dónde estoy con los omnipresentes logotipos de Abarth, Yamaha Factory Racing y la garra energética. Sólo falta, con el botón Sport, darle el "sí, quiero" a un modo deportivo que colorea el cuadro de rojo y afecta a la respuesta del acelerador, al par motor, a la suspensión (Koni con amortiguación selectiva de frecuencia de serie, en el tren posterior), a la dirección (que de pronto se endurece y parece que lleves un autoblocante delantero pero más predecible para todo tipo de manos)... y al sonido racing de este motor 1.4 T-Jet de 165 CV, una auténtica marcha nupcial a cargo de las salidas de escape Récord Monza con la que también me casaría de por vida. ¡Amén!
Enfilo carreteras de montaña que he trazado en motos gordas durante años. Es diferente, claro, pero se nota el esfuerzo por divertirte en cada metro. Aunque la postura es buena, ojalá el asiento se bajara más y el volante se regulase en profundidad (para que los altos braceáramos mejor).
La caja manual de 5 marchas cumple de sobra y los desarrollos son adecuados, pero cuando pides más, la palanca resulta larga y algo imprecisa. Eso sí, disfrute permanente, gracias en parte a la estudiada frenada de unos discos ventilados especialmente creados para este modelo.
Finalmente, me quedo con la entrega del par motor en cada acelerón, una respuesta que te permite salir airoso de cualquier situación con el bronco sonido del turbo y el baile de aguja correspondiente como trofeos. ¡Se acaba convirtiendo en un vicio hacerlo soplar! Y, cómo no, con un precio que parte de unos interesantes 21.650 euros, con descuentos...
MI OPINIÓN RODRIGO FERSAINZ @rfersainz
Aunque no es el Abarth en el que me he sentido más pegado al asfalto, este 595 Monster Energy Yamaha sí es uno de los más polivalentes. Por equipamiento, prestaciones y precio, asegura diversión en cada km, vayas al centro a hacer gestiones, a un circuito a ver las carreras... ¡o a participar tú mismo en unas tandas!