Las 992 unidades de este modelo ya están vendidas. Hemos conducido una de ellas
55 años después de la presentación del primer 911 Targa, nos ponemos al volante del nuevo Porsche 911 Targa 4S Heritage Design Edition y lo disfrutamos con la vista, el oído, el tacto... ¡con todo!
SI TE DIGO LA VERDAD, ESTOY INCLUSO INDIGNADO con Porsche. ¿Cómo puede crear este magnífico 911 Targa en la Heritage Design Edition y limitarlo a solo 992 unidades (todas ya vendidas, por supuesto)? En cualquier caso, tengo la suerte de poder conducirlo por unas horas y pienso disfrutarlo con todo mi ser.
Pero antes creo que es conveniente hacer un poco de repaso a la historia de este modelo. El Targa vio la luz por primera vez hace 55 años. Y es un modelo cuyo nacimiento debemos agradecer al Departamento de Transportes de EEUU, ya que estos se plantearon retirar del mercado >>
>> estadounidense los modelos descapotables por su temor a que los ocupantes pudieran sufrir graves lesiones en caso de vuelco. De esta manera, aunque ya hubo modelos en años anteriores con un concepto de diseño similar, fue Porsche la que se sacó de la manga este concepto de descapotable seguro, por dos motivos: porque EEUU era un mercado extremadamente importante para la marca de Zuffenhausen en ese entonces y porque los estadounidenses amaban los cabrios, a pesar de todas las preocupaciones de seguridad de las instituciones locales.
Así, los ingenieros de Porsche construyeron para su 911 un montante central situado detrás de los asientos delanteros, que recorría el coche de lado a lado a modo de jaula de seguridad y permitía que una sección del techo se pudiera retirar por completo.
Pero el dato curioso de toda esta historia es que debido a que dicho montante no era lo suficientemente grueso como para escribir 'Convertible' o 'Cabriolet' en el lateral (y probablemente también porque sonaba poco atractivo), el marketing rebuscó en la historia y encontró la Targa Florio, una carrera de larga distancia que se disputaba en Sicilia desde comienzos del siglo XX. Y decidieron que ese modelo se llamaría Porsche 911 Targa. En aquel entonces les debió de sonar bastante tentador. Y todavía hoy lo sigue siendo.
Pero me dejo ya de historietas de abuelo cebolleta, me siento en su interior y comienzo a contarte cómo es este modelo tan especial, que estimula los cinco sentidos.
VISTA. No hace falta ser un experto en diseño para darse cuenta de que este es un 911 especial. Salta a la vista. Esta edición especial tiene de- >>
>> talles de diseño de los modelos históricos de la marca, que han sido reinterpretados: logotipos dorados, elementos gráficos en forma de lanza, la insignia Porsche Heritage en la rejilla del capó del motor, que evoca el escudo conmemorativo hecho para el Porsche 356 cuando alcanzó la marca de los 100.000 kilómetros... Y, como remate, el logotipo histórico Porsche de 1963, que va colocado en el capó, el volante, las ruedas, los reposacabezas y la llave del vehículo.
Y el interior también rinde homenaje al pasado, con un cuadro de mandos con los grafismos de color verde, aunque ahora todo es digital, excepto el cuentarrevoluciones. Tiene, además, tela de pana en lugar de cuero en los asientos y paneles de las puertas, como en la década de los 50.
TACTO. Cuando tocas sus acabados es como si tocaras el sofá de tu abuela. Y eso me gusta, porque un coche con el nombre de Heritage debe evocar sentimientos nostálgicos. Además, siempre que te pones al volante de un 911, tienes una sensación especial. Y esto es algo que funciona mejor con el Targa que con casi cualquier otro deportivo, especialmente en la dirección. Te podrían vendar los ojos y seguirías notando el tacto típico de un 911. Ningún otro sistema de dirección es tan preciso, directo y firme. Único, incluso después de todos estos años.
Y, por supuesto, puedes sentir el motor, un seis cilindros bóxer en posición trasera: un mantra tecnológico se ha mantenido fiel desde la invención del 911. Aunque con mejoras: refrigeración por agua (desde el 996) y turbos (desde el lavado de cara del 991). No suena salvaje, pero lo es.
Sí ha cambia la forma en que se conduce un 911. Antes, si acelerabas antes de salir de una curva, ya podías tener pericia con el contravolante. Pero ahora, giras, mantienes el motor alrededor de 2.000 rpm, aceleras a fondo y lo que obtienes es una buena patada en el culo (que resulta hasta suave gracias a la comodidad de la pana) y sales de la curva con toda la tracción.
OÍDO. El Targa es increíblemente divertido, pese a que su motor de seis cilindros (aislado bajo el techo plegado del Targa y la cúpula de vidrio) tuvo días mejores acústicamente...
Además, a partir de 70-80 km/h el viento golpea la parte trasera de la cúpula de cristal.
Vamos al OLFATO. Después de 19 segundos, que es lo que tarda en descapotarse, ya huele a otoño en un Targa. Parece un Transformer, porque primero se levanta la cúpula de cristal hacia atrás, luego se coloca la capota de tela sobre el motor y finalmente la cúpula vuelve a su posición inicial. Es el momento perfecto para disfrutar de un paseo a cielo descubierto por la Selva Negra.
Y ya sólo me queda hablar del sentido del GUSTO. Y te preguntarás... ¿A qué sabe el Targa? Sabe a gloria. Mejor dicho, a dulce, porque esta Heritage Edition es la guinda del pastel. Sí, ya lo has visto, un deportivo para disfrutarlo con los cinco sentidos.