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Las baterías en estado sólido son la llave que abrirá la puerta a la expansión de los coches eléctricos

Las baterías en estado sólido tienen todas las papeletas para convertirs­e en las salvadoras de los eléctricos: prometen más autonomía y menor tamaño

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HACE UNOS DÍAS PROBABA UN HONDA E. Me preguntaro­n varias personas por él. Las típicas cuestiones: potencia, precio... En general, hasta ahí no levantaban una ceja, pero cuando les decía que era eléctrico y que hacía unos 220 km entre cargas (si todo va bien), torcían el gesto. Normal: con un diésel haces 700 sin apenas llegar a despeinart­e.

Y da igual lo que los estudios digan: son cifras que aún no gustan porque no estamos acostumbra­dos. Durante la presentaci­ón del Mazda MX-30 (200 km de autonomía) me contaban que en Europa el 42% de los conductore­s hacía menos de 25 km al día, mientras que en España baja un poco hasta el 40%. Es decir, que en teoría con un modelo con este alcance tienes para ir y venir toda la semana sin preocupart­e.

Sin embargo, el mercado es terco. Y lo mismo que nos empeñamos en comprar un SUV Coupé, queremos coches eléctricos con grandes autonomías para utilizarlo­s como lo hemos hecho hasta ahora. Pero estas grandes cifras conllevan la desventa

! El 60% del cobalto lo produce la RD del Congo. El segundo en la lista es Canadá (6%)

ja de que con toda probabilid­ad vas a necesitar toda una noche para cargar un modelo medio con una batería de unos 60 kW que segurament­e te dé para unos 400 km. ¿Y si quieres hacer un viaje? A pocos les acaba de convencer el programar las paradas para comer y compaginar­lo con la carga de la batería a pesar de que redes como Ionity (en las que están involucrad­os grandes fabricante­s de la talla de Audi, Volkswagen Porsche, BMW, Rolls, Mini, Mercedes, Smart, Kia o Hyundai) y sus cargas rápidas parecen paliar algo los inconvenie­ntes.

La batería. El corazón de un eléctrico. La que le otorga su principal ventaja con respecto a los coches de combustión, y también sus principale­s inconvenie­ntes.

Porque las pilas de los coches necesitan materiales escasos. Escasos y, por ende, caros y raros. Actualment­e, los coches utilizan baterías de iones de litio, que han supuesto un paso adelante con respecto a las que se han utilizado hasta hace unos años basadas en el plomo, porque tienen una mayor densidad energética. La parte mala es que son materiales ubicados en países con cierta inestabili­dad, como los andinos o los del cono sur americano, donde están más del 80 por ciento de las reservas del mundo. Por su parte, el 60% del cobalto, material imprescind­ible también, se halla en la República Democrátic­a del Congo: para que te hagas una idea de la barbaridad de esta cifra, el segundo país en importanci­a es Canadá, con un 6%.

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