Polos opuestos: coches autónomos ¿es real y seguro eso de que los coches conduzcan totalmente solos?
¿Te imaginas un futuro en el que los coches conduzcan solos y no sea necesaria la intervención humana? ¿Será seguro?
“¿Quién quiere conducir durante un atasco?”
HAY QUE SER CLARO, NO PODEMOS SER negacionistas y oponernos al avance. La conducción autónoma, sea del nivel que sea, es un hecho y lo que nos aporta, sobre todo, es seguridad. Y esto es algo que no me puede negar nadie, ni siquiera el propio Gabriel, por mucho que sea mi jefe.
Sí, sé que al posicionarme tan a favor de que los coches conduzcan por sí mismos me puedo ganar la enemistad de todos los amantes de los coches y me juego incluso el despido, pero tengo mis motivos. Te los explico y te digo de dónde surgen.
Mi opinión a favor de la conducción autónoma comenzó a formarse hace ya cinco años, ya que fue en
26 FERRERO 2021 2016 cuando viajé a Japón para que Nissan me expusiera de primera mano los avances que estaban haciendo por aquel entonces en este sentido. En ese momento ya pude probar en un circuito cerrado el nuevo Qashqai con sistema de mantenimiento de carril, que trazaba las curvas sin problemas y mantenía la distancia con los vehículos que circulaban delante, ya que funcionaba en combinación con el control de crucero adaptativo, es decir, el nivel 3 de conducción autónoma. No era una gran novedad en la industria, pero en ese momento sólo los coches más caros del mercado y del segmento premium podían equipar algo parecido.
Además, Nissan me mostró cómo estaban trabajando incluso con un equipo de psicólogos en su sede de Palo Alto, en California (EEUU), para que sus sistemas de conducción autónoma supieran cómo comportarse en distintos países, ya que no todos conducimos igual ni somos tan pacientes (o agresivos).
Los fabricantes de coches controlan hasta el mínimo detalle, y está estudiado que la gran mayoría de los accidentes ocurren debido a fallos humanos, así que los coches autónomos son más seguros. Ya lo hacen con la tecnología disponible a día de hoy y sólo hace falta que las carreteras y
Con la conducción autónoma disfrutaremos al volante y con seguridad por encima de lo que permiten nuestras propias habilidades"
la legislación se actualicen para que lleguemos al nivel cinco de automatización.
Además, ¿quién quiere conducir durante un atasco? Aprovechar ese tiempo para trabajar o consultar la prensa es mucho más productivo y entretenido.
Sí, muchos dirán: ¿y qué hay del placer de conducir? Te garantizo que quien quiera conducir, tendrá los modelos y la tecnología para hacerlo. Los propios fabricantes se asegurarán de ello. Y eso es algo que, por suerte, también he podido vivir en mis propias carnes, ya que en 2017 pude
cómo se movía de forma autónoma el Peugeot Instinct Concept, un modelo que presentaba una evolución del ya conocido cuadro de mandos i-Cockpit de la marca del león, pero en una futurista versión Responsive, que te permitía tanto conducirlo por ti mismo, si así lo querías, como asistirte en tus movimientos, precargando un software que te permitía conducir con un set up basado en el estilo de conducción del propio Sébastien Loeb.
Es decir, que no sólo se podrá disfrutar de la conducción, sino que lo podremos hacer con seguridad y con un grado de control por encima de lo que permiten nuestras propias habilidades al volante.
Conducir es otra cosa; es una experiencia humana, y como tal la defenderé siempre"
“Si prohíben conducir a los humanos, la industria dejará de ser lo que es”
AVER: NO ES QUE ESTÉ EN CONTRA de la conducción autónoma como tal, ni mucho menos. Tampoco –aunque alguno lo piense– soy un cavernícola empeñado en poner puertas al campo. No, no es eso. Es más, creo que la conducción autónoma hace tiempo que lleva demostrando que es una innovación que lleva aparejada muchas ventajas, sobre todo en lo que a la seguridad se refiere.
No podemos olvidar en este sentido que hace tiempo que tecnologías de conducción autónoma conviven con nosotros de forma natural. Un buen ejemplo de ello es el cruise
control (control de crucero), que en países donde quebrantar los límites de velocidad es delito –como, por ejemplo, en Estados Unidos– se ha convertido en una aliada fantástica.
Otros botones de muestra son el asistente de aparcamiento, el sistema de mantenimiento de carril, el de encendido automático de luces –o su derivado de iluminación adaptativa– o el que me parece un gran avance: el sistema de frenada automática en ciudad. Todas estas tecnologías –y otras muchas que me dejo en el tintero– están contribuyendo a reducir accidentes o mitigar sus consecuencias, y solo por ello me parecen un enorme acierto.
Sin embargo, otra cosa muy diferente son los niveles de conducción autónoma, y en especial el Nivel 5, que supone que no haya intervención humana. El día que eso ocurra, la industria del automóvil tal y como la conocemos habrá dejado de existir. Dará igual que te muevas del punto A al punto B en un coche o una lavadora con ruedas. Será una forma de transporte; otra más.
Conducir es otra cosa; es una experiencia humana, y como tal la defenderé siempre. No niego que conducir implique riesgos… como montar en avión o caminar por la calle. Otra cosa es que la mala praxis de ciertos seres humanos –exceso de velocidad, conducir bajos los efectos de las drogas o el alcohol…– nos empuje a poner en valor la conducción autónoma. Es más, creo que seré el primero en utilizar la conducción autónoma si un día me encuentro muy cansado o simplemente he salido a cenar y tomado alcohol. En esas circunstancias o cuando hay un atasco tiene todo el sentido.
Hace unos años estuve probando la tecnología de conducción autónoma de Audi –momento que recoge la imagen de arriba– y fue una experiencia interesante. Un Audi A7 me condujo durante 30 kilómetros por una Autobahn alemana y no fue hasta que no regresé a casa cuando fui consciente de lo que había vivido... y reconozco que me entró un canguelo postraumático.
Considero –es mi humilde opinión; aviso para haters–que como conducir un vehículo por ti mismo no hay nada parecido.
Me alegra saber que hay gente como Oliver Blume, CEO de Porsche AG, quien afirmó que mientras él siga siendo máximo responsable de la marca, sus fabulosos deportivos siempre tendrán un volante. ¡Aún hay esperanza!