TEST Fiat 500e: un eléctrico muy coqueto
El nuevo Fiat 500e hace gala de su especialidad urbana para ofrecerse ya solo como eléctrico, con un diseño más moderno y una puesta en escena que sorprende
SI LOS PRIMEROS CLIENTES DE UN 500, ALLÁ POR 1957, levantaran hoy la cabeza, se frotarían los ojos más de una vez al comprobar que su pequeño utilitario ya solo se vende como eléctrico. Nada de gasolina en sus entrañas, al menos en esta última generación (con un 96% de piezas nuevas) porque todavía lo puedes conseguir con motor de combustión, pero con la carrocería de la versión anterior.
Para esta prueba he elegido la variante cabrio, la más exclusiva de las tres que se ofrecen y con la que la experiencia de conducción se eleva exponencialmente debido al simple placer de conducir por tu ciudad con el cielo por montera. Vestido del color Celestial Blue, son muchas las miradas que acapara este coqueto 500e, que gana en atractivo con un diseño muy acertado y moderno.
118 CV 0–100 km/h 9,0 s 14,7 kW/h/100 km
0 g CO2/km 31.900 euros
La capota es de lona y su accionamiento es totalmente eléctrico: se queda recogida en la parte trasera del coche, aunque no escondida. ¿Interfiere en la capacidad de carga? No, las cifras que facilita Fiat entre esta versión y la berlina (techo cerrado) son idénticas: apunta 185 litros que son los mismos que en la generación anterior (maletero pequeño, en cualquier caso). Aunque el diseño está muy inspirado en su antecesor, cuesta darse cuenta de que el 500e ha aumentado y en todas sus cotas. Este crecimiento lo noto sobre todo en el interior, en las plazas delanteras, donde por fin personas de 1,85 se van a poder acomodar sin problemas: hay más espacio para las piernas, para la cabeza y para los hombros.
En el salpicadero y en la consola central te das cuenta del esfuerzo que ha hecho la marca italiana para aumentar la calidad, con mejores materiales, pero también la practicidad, con más huecos portaobjetos. Luego hay detalles para la galería (que me gustan) como que las puertas no se abren con el clásico tirador mecánico, sino al pulsar un botón eléctrico.
El sistema de información y entretenimiento también ha mejorado y funciona muy bien: nuevos gráficos, buena velocidad de respuesta, resolución perfecta... Dado que el es alargado y de buen tamaño (10,25 pulgadas) se puede mostrar mucha información e incluso partir la pantalla para visualizar más datos al mismo tiempo. La instrumentación, por cierto, es otra pantalla (más pequeña) que se ve muy bien y aporta mucha información personalizable. Y antes de ponerme en marcha: si la habitabilidad en la fila delantera es correcta, detrás la cosa cambia, tanto por los centímetros con los que cuentas en todas las cotas, como por el acceso a dicha fila. Ha mejorado ligeramente (todo hay que decirlo), pero siguen siendo plazas pequeñas y aptas solo para trayectos cortos.
Toca hablar ya de la gran revolución en este 500e: su sistema de propulsión. Un motor eléctrico situado en el eje delantero es el único responsable del movimiento de este Fiat. Entre mis manos, la variante más potente y capaz: cuento 118 CV, una batería de 42 kWh y la posibilidad de recorrer hasta 320 km teóricos con una carga completa (la otra opción en la gama es de 95 CV y no está
! El nuevo 500 solo se vende como eléctrico. Si lo quieres de combustión solo puedes optar a la anterior generación
disponible con la carrocería descapotable). Cumple con nota en carretera, pero donde es un especialista es obviamente en ciudad, tanto por tamaño como por la agilidad que le proporciona su motor. Con él, este 500e se hace realmente gigante a la salida de los semáforos o a la hora de moverse entre el tráfico.
Como buen eléctrico tiene varios modos de conducción: Normal, Range y Sherpa. De estos tres, los dos últimos son los más interesantes. El segundo retiene de una forma más intensa, llegando a frenarte del todo si sueltas el acelerador (la conocida conducción One-Pedal); el tercero limita la velocidad a 80 km/h y desactiva algunas de funciones para reducir el consumo al máximo.
Las suspensiones son confortables y esto ayuda significativamente a disfrutar de trayectos cómodos y silenciosos por el asfalto de las urbes, que lamentablemente suelen contar con bastantes baches según qué calles. Hay que destacar la enorme capacidad de maniobra de este 500e (gira en un palmo) y no puedo pasar por alto su consumo: gasta muy poca energía gracias, en gran parte, al peso: 1.480 kilos, que no es nada exagerado para tratarse de un coche eléctrico. He logrado un consumo de 16,1 kWh por cada 100 km, un buen dato que habla bien de cómo se las gasta este 500 eléctrico con capota de lona.
Y si hablo de consumo, hay que mencionar necesariamente los tiempos de carga y, para ellos, es importante saber que admite corriente alterna hasta 11 kW y continua hasta 85, gracias a su conexión de tipo CCS2 (carga el 80% de la batería en una media hora). En definitiva, el Fiat 500 ya no va a ser como lo conocías hasta ahora: es mucho mejor, aunque sea solo en eléctrico. Tiene un diseño más vistoso, una mayor calidad, tecnología hasta para abrir las puertas y unas ayudas a la conducción de última hornada (asistente de ángulo muerto, mantenimiento de carril y velocidad adaptativa) con las que puede presumir de poder ofrecer (previo pago) una conducción autónoma de nivel 2.