CASI BRILLANTE

Como buen Mercedes que es, el EQA satisfará a quien busque 'lo mejor o nada'. Aun así, hay aspectos que habría que pulir...

ma la atención es la falta de brío inicial... si se compara con sus rivales.

Y es que incluso en modo Sport, carece de una salida fulgurante. Hay que tener en cuenta que el EQA tiene menos de la mitad de potencia que el Volvo XC40 (190 vs 408 CV) y casi de par también (375 vs 660 Nm). Es de esperar que ahora que se han anunciado nuevas versiones de 168 kW (228 CV) y 215 kW (292 CV) las prestaciones mejoren.

En cualquier caso, y esto pura especulación, supongo que los desarrolladores de Mercedes, a falta de una mejora en la gestión de la batería de 66,5 kWh, quieran cuidar por encima de todo la carga.

Por otro lado, además de la falta de brío inicial, otro dato que me frustra es que una vez llegados a los 160 km/h, se acabó la fiesta.

Por lo demás, el EQA tiene un comportamiento exquisito: dirección precisa, muy comunicativa, el paso por curva no provoca excesivas oscilaciones de la carrocería , y sus suspensiones lo filtran todo.

En cuanto al consumo en esta prueba del Mercedes EQA, y tras 114 km de recorrido por autopista y tramos urbanos y exigiéndole en subidas con el aire acondicionado activado, el gasto se ha quedado en 23,2 kWh y una autonomía de 195 km.

En cuanto a los precios, el EQA tiene una factura de acceso de 49.900 euros (se puede acoger al Plan Moves 3) y en renting la cuota mensual a 36 meses y con una entrada de 10.704,79 euros queda fijada en 625 euros.

Para qué voy a negarlo: el EQA me ha gustado... ¿a quién no le gusta un Mercedes? Lo que ocurre es que esperaba un poco más de picante, más brío al pisar el acelerador y sentir todo el poderío del par. Pero habrá quien no lo eche de menos.

VALORACIÓN ★★★★