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¿TIENE FUTURO EL CAMPEONATO DEL MAÑANA?

De forma silenciosa y adaptándos­e a los tiempos, la Fórmula E ha ido creciendo en relevancia, sobre todo desde que la industria del automóvil se ha subido a este certamen

- Gentleman, Influencer Gabriel Jiménez

EL DÍA QUE MI HIJO, CUANDO AÚN ERA UN BEBÉ de unos 14 meses, se acercó a la tele y quiso ampliar la imagen que se proyectaba con dos dedos, como si de una tablet se tratara, pensé que el todo se iba al carajo. Me quedé meditabund­o sin entender el mundo que me rodeaba. "Todo está cambiando demasiado deprisa", me dije.

Un poco antes de esa epifanía, había nacido un nuevo campeonato con la mirada puesta en el futuro. La Fórmula E. Detrás de ese desafiante proyecto se encontraba un español: Alejandro Agag, más conocido por ser el yerno de José María Aznar que por su talento empresaria­l. Este nuevo campeonato con bólidos eléctricos arrancó no pocas carcajadas entre los que, como yo, estaban acostumbra­dos a un tipo de mundo: el mundo conocido.

Pero como reza el refrán castellano, "quien ríe el último, ríe mejor". Y no es que Agag y sus socios se estén

partiendo la caja, ni mucho menos, pero a buen seguro que estará henchidos de satisfacci­ón porque al contrario de lo que suele ser habitual en España –un país donde la previsión y la visión a largo plazo se antojan como cuerpos extraños, porque "aquí somos más de improvisar" y enarbolamo­s sin contemplac­iones la bandera de "que innoven otros"–, ellos fueron unos visionario­s. Y eso es para quitarse el sombrero.

No me duelen prendas en reconocer que yo era de esos que no daba un duro por la Fórmula E. ¿Un campeonato urbano, sin sonido, con coches a pilas, y en donde los aficionado­s pueden dar potencia extra en función de lo simpático y activo que sea un piloto en redes sociales? Vamos ya, para eso juego al Scalextric...", comentaba yo ufano. Y lo cierto es que el movimiento se demuestra andando, y la visión a largo plazo solo requiere de tesón mientras se hace el camino. Eso, y aprovechar las oportunida­des que brinda el destino.

Estamos pensando en introducir un pit stop para cargar baterías, mientras se celebra un show como en los tiempos muertos de la NBA”

Alberto Longo, director de la Fórmula E

La oportunida­d surgió en forma de cataclismo en el mundo del automóvil: el mal llamado 'dieselgate'. Soy de los que piensa que no hay mal que por bien no venga, pues desde que un gigante como el Grupo Volkswagen diera un giro copernican­o en su estrategia para apostar todo por la electromov­ilidad, el mundo del automóvil ha cambiado de rumbo, y aunque la velocidad en el despliegue de los coches eléctricos está siendo lenta en países como España, lo cierto es que nos estamos acercando al rubicón, al punto de no retorno, y el coche eléctrico ya forma parte de nuestras vidas de una forma u otra.

Y lo mismo se puede decir de la Fórmula E. Muestra de ello es cómo cada vez más marcas de automóvile­s se han subido a este campeonato: DS, Nissan, Audi, Mercedes, BMW, Jaguar... y más recienteme­nte Porsche. Sí, Porsche. "Está feísimo que yo lo diga, pero cuando Porsche, que es sinónimo de velocidad, anunció que el 30% de su producción iba a ser de coches eléctricos, hizo que la gente cambiara de mentalidad. Y para nosotros fue un punto de inflexión a nivel de partners, de patrocinad­ores, de ciudades interesada­s en subirse a este tren. Y todo por una marca", cuenta Alberto Longo, director de la Fórmula E y socio de Agag.

Longo estaba precisamen­te en una cena en un restaurant­e parisino en 2011 con el presidente de la FIA, Jean Todt, y Alejandro Agag, su amigo y fundador y actual presidente de la Fórmula E. Hablaron del futuro de la movilidad, y rápidament­e coincidier­on en que sería definitiva­mente eléctrico. En algún momento de

Creo que la Fórmula E es un laboratori­o genuino para transferir la tecnología a los coches de calle.”

Mark Webber, ex piloto de F1 y embajador de Porsche

esa velada, a estos visionario­s se les ocurrió que la FIA debía encabezar esta iniciativa y lanzar el primer campeonato del mundo de monoplazas eléctricos. Y Agag se ofreció como promotor. Y así hasta hoy.

Estoy en Valencia, en el circuito Ricardo Tormo, donde se va a celebrar por primera vez un E-Prix de la Fórmula E en nuestro país y, además, en un trazado, fuera del ámbito urbano. Todo un desafío. La covid ha cambiado los planes a todo el mundo; también a este certamen. Y se eligió Valencia, porque los equipos y pilotos están acostumbra­dos a este circuito donde hacen tests de pretempora­da.

Cae una lluvia fina –otro desafío más–, no hay ni un espectador –aún no había acabado el Estado de Alarma– y solo se percibe un leve sonido metálico, como de secadores de pelo yendo a toda mecha. ¡Bienvenido al futuro! ¿De verdad?

Y es que es difícil disociar una carrera de bólidos de las vibracione­s que producen los motores de combustión. Le pregunto a Mark Webber, ex piloto de Fórmula 1, actual embajador de Porsche y, sobre todo, un auténtico

qué opina de un campeonato de coches sin ruido, comparado con la Fórmula 1 que él tan bien conoce: "Las comparacio­nes son odiosas. Esta es una categoría disruptiva, que tiene la vista puesta en el futuro, la sostenibil­idad. Y creo que la Fórmula E es un laboratori­o genuino para transferir la tecnología a los coches de calle. Es, por tanto, el evento técnico ideal para probar sus coches. La Fórmula 1 es un campeonato maduro, y no versa sobre coches de calle".

Y esto último es un punto clave. Porque a diferencia de la Fórmula 1, por ejemplo, en la Fórmula E la contención y el control de costes es fundamenta­l, de modo que todos los equipos cuentan con el mismo coche –ahora en su segunda generación– y la misma batería; solo tren de rodaje y el motor dependen del fabricante/equipo. Es decir, todos juegan con las mismas cartas, y el talento del piloto vuelve a cobrar protagonis­mo.

¿Y qué opinan los fanáticos de que una marca como Porsche se haga eléctrica? "Creo que Porsche ha

conseguido con el Taycan un gran producto que puede satisfacer a los que somos apasionado­s del motor tradiciona­l de combustión. Creo que no es excluyente que te gusten las dos opciones que ofrece Porsche". Son palabras de Gema B., nombre bajo el que se esconde la @gemrubysta­r, con más de 14.000 seguidores en Instagram, y que es asidua en el circuito de Nürburgrin­g, donde suelta veneno sacando todo el jugo a su Porsche 911 Carrera. Gema, que también posee un 718 Cayman GTS, sentencia en este sentido: "Hay gente que no lo entiende porque simplement­e no lo conoce, no lo ha probado".

El fin de semana en Valencia ha supuesto para Porsche una de cal y otra de arena. Desastre el primer día, pero un segundo puesto que sabe a gloria el segundo día de la mano de André Lotterer. Lo importante es el aprendizaj­e que luego transferir­án a los coches eléctricos de calle.

¿A medida que el coche eléctrico se vaya populariza­ndo y democratiz­ando en cuanto a precios se refiere, incidirá en un mayor interés por la Fórmula E? "Todavía no veo una correlació­n directa a día de hoy, pero a medida que nos vayamos haciendo más grandes, sin duda, va a pasar lo que en otros muchos otros sitios donde hay más interés por el coche eléctrico. En Estados Unidos hace tres años no le daba bola a nadie. Hoy en día recibo una llamada semanal de un estado en EEUU que quiere albergar una prueba de la fórmula", concluye Longo.

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Carreras de bólidos en un Ricardo Tormo sin espectador­es
La sostenibil­idad y el respeto al medio ambiente son los pilares de este campeonato
Tomás Villén, CEO de Porsche Ibérica (izquierda), y Alberto Longo, director de la Fórmula E Carreras de bólidos en un Ricardo Tormo sin espectador­es La sostenibil­idad y el respeto al medio ambiente son los pilares de este campeonato
 ??  ?? Circuito urbano de Mónaco. Los centros de las ciudades es el entorno natural de la Fórmula E
Será por acreditaci­ones... La dura vida del enviado especial tiene estos 'inconvenie­ntes'
Circuito urbano de Mónaco. Los centros de las ciudades es el entorno natural de la Fórmula E Será por acreditaci­ones... La dura vida del enviado especial tiene estos 'inconvenie­ntes'

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