“La ‘tontería’ me duró apenas 10 km al volante de aquel SUV”
MUCHAS VECES RECIBES CURAS DE HUMILDAD cuando menos las esperas. Hace unos meses me encaminaba a probar un DFSK F5, un SUV de aspecto coupé que se fabrica en China. Te seré sincero: no conocía la marca, pero tenía claro que el coche iba mal, estaba fatal rematado y, además, iba a ser incómodo. Una
que me duró apenas 10 km al volante de aquel SUV: hasta que me detuve a mirarlo con calma y a ser sincero conmigo mismo.
Ni era tan horrible, ni iba tan mal, ni era tan espantoso. Todo lo contrario: mi respeto a quien haya apostado por la marca en este momento.
Lo mismo puedo decir de su hermano el Seres 3. Un SUV eléctrico que lo único que tiene de raro es el nombre, porque cumple a la perfección con su cometido: ir de A a B con comodidad, con solvencia y, en este caso, con una pegatina CERO.
Más casos: los MG. Morris Garaje, que dirían nuestros abuelos. Pero, de nuevo, la realidad es terca y de aquella marca ingles queda poco. Ahora forma parte de SAIC, uno de los mayores fabricantes del mundo, y hacen principalmente modelos SUV. Han (re)aterrizado en España hace nada con el ZS, que bien podría ser el rival más encarnizado del Seres 3... pero también de modelos fabricados por la vieja guardia europea como el Opel Mokka o el Peugeot 2008. En serio: tienen muy buen precio, cumplen más que de sobra y no son nada feos.
Así que, tras conocerlos, tengo que estar a favor de los automóviles chinos. Y más desde que a principios del año pasado hice un reportaje acerca de la llegada de estos coches a Europa: hablaba con representantes de las marcas presentes entonces en España (precisamente DFSK y MG), pero también con gente del país asiático como Huang, un empresario que no quiso dar su verdadero nombre y que me soltó una frase que me hizo pensar: “Los europeos os pensáis que los chinos no sabemos hacer las cosas bien. ¿Dónde crees que se fabrican los objetos de lujo? Otra cosa es que entras en un bazar chino a comprar dos limpiaparabrisas por cinco euros cuando los de una buena marca te cuestan 20 cada uno” (AUTO BILD, 628).
Él me habló de Nio, una marca que tiene el EP9, el eléctrico más rápido del mundo. O de su batería de 1.000 km de autonomía.
Volviendo al inicio, DFSK tiene la llamada fábrica de los 1.000 robots: es una de las más avanzadas del mundo. Y, además, en China llevan más de una década desarrollando coches eléctricos, por lo que incluso nos pueden dar un par de lecciones al respecto.
Me salgo del chascarrillo low cost y de las copias malas. Sí: estoy a favor de los coches chinos.
Más allá de algunas copias a marcas de otros lugares, los modelos ‘serios’ ofrecen soluciones y calidades propias de los tiempos que corren”