SE ACABARON LAS ‘TRAMPAS’
Las marcas anunciarán consumos oficiales más realistas
Desde el pasado 1 de septiembre, la prueba de emisiones y consumo que deben superar los fabricantes para vender sus coches en Europa ha cambiado. Hasta ahora se empleaba un ensayo denominado NEDC, diseñado en los años 80 y que reproducía de forma muy poco veraz las condiciones reales de conducción. Se conducía durante poco tiempo, se pasaba mucho tiempo parado, se aceleraba con una suavidad inverosímil y se alcanzaban velocidades muy bajas.
Durante la última década, los fabricantes han aprovechado las particularidades del ciclo NEDC para homologar cifras de consumo -y emisiones de CO2- lo más bajas posibles… y alejadas de las que después obtienen los conductores en el mundo real -según la británica Emissions Analytics,el ‘salto’medio oscila entre un 26% y un 40%, en función del vehículo-.
Además, muchos fabricantes ‘educaban’ a sus automóviles para generar pocas emisiones cuando el coche se conducía en estas circunstancias tan particulares… pero después, en la calle, los sistemas encargados de neutralizar contaminantes como el NOx apenas entraban en funcionamiento.
Para evitar toda esta ‘picaresca’, la nueva norma de homologación comprende dos pruebas en lugar de una: el WLTP, pensado para reducir la desviación entre consumos homologados y reales, y el RDE, concebido para comprobar que los niveles máximos de emisiones de contaminantes -y especialmente de NOx-de un vehículo, en el mundo real, no exceden cierto umbral.