Las obligaciones de un coche de rénting
Contratar un vehículo de rénting -o una flota si se trata de una empresa de gran tamañono es, esencialmente, muy distinto a suscribir un contrato de alquiler, por lo que conlleva una serie de obligaciones para sus usuarios.
Al formalizar el contrato te comprometes a pagar, de forma mensual, una cuota por la utilización del vehículo y por el uso de los servicios que estén incluidos -mantenimiento, cambio de ruedas, póliza de seguros, etc-.
Si decides cancelar el contrato antes de tiempo -excepto si cuentas con un contrato de rénting flexible- estarás obligado a afrontar una penalización económica que dependerá del tiempo que te quede por cumplir.
Si quieres modificar el vehículo de cualquier forma -cambiar la autorradio o poner lunas tintadas, por ejemplodebes pedir siempre autorización a la empresa de rénting. Si te autorizan a ello, deberás acudir en todos los casos al establecimiento que se te indique -es decir, que no podrás elegir el taller al que acudir, por ejemplo-.
Si una vez que finalices tu contrato has recorrido más kilómetros de los que establecía inicialmente tu contrato, deberás abonar una penalización por ello.
En todos los casos tendrás que llevar el coche al taller que te indique la compañía de rénting, tanto para pasar la revisión mecánica, como para llevar a cabo cualquier reparación. Deberás notificar cualquier contingencia a la empresa para que puedan gestionarte una cita en un taller de su elección. En algunos casos, la propia compañía recogerá el coche y lo devolverá a la dirección que indiques -tu oficina o domicilio, por ejemplo-.
El contrato te obliga a cumplir todas las cláusulas y condiciones firmadas. Así, si por ejemplo no abonas una de las cuotas, la empresa puede decidir iniciar acciones legales en tu contra y solicitarte alguna penalización. En algunos casos, dependiendo de la importancia de la cláusula que no hayas cumplido, pueden obligarte a devolver el coche antes de la finalización del contrato.