LO HEMOS PROBADO
En un prototipo del próximo Mazda 3
El primer modelo en recibir este motor va a ser el Mazda 3, que se presentará en la primavera de 2019. Mazda espera que ofrezca una potencia máxima de en torno a 190 CV, con un consumo medio homologado de 4,5 l/100 km. Esta motorización Skyactiv-X representará el ‘tope de gama’ del Mazda 3.
Mazda nos ha dejado probar dos prototipos equipados con versiones de desarrollo del 2.0 Skyactiv-X tanto con cambio manual como automático, a lo largo de un recorrido de 50 kilómetros por carretera y autopista.
La principal noticia es que... ¡no se nota nada especial! Sería imposible adivinar que se trata de un motor de encendido por compresión. Nos temíamos que el ruido fuese más intenso o, al menos, diferente al de un motor normal. Era un temor justificado: mayores presiones en la cámara de combustión se suelen traducir en un funcionamiento más rumoroso. Sin embargo, el Skyactiv-X no suena ni más ni peor que un propulsor de gasolina convencional. El principal componente del sonido lo aporta el compresor volumétrico, que introduce un leve chirrido mecánico.
El tacto del acelerador y la suavidad de funcionamiento son también normales. Hay un pequeño retraso en la respuesta del acelerador, pero similar al que ofrece cualquier motor con compresor, y solamente perceptible al acelerar a fondo de golpe.
Aún le faltan CV. Mazda no ha querido confesarnos la potencia que entregaban estos prototipos, pero debían de rondar los
140 CV. Mazda tampoco nos ha dejado saber cuánto consumían: el ordenador de a bordo estaba tapado y repostaban los coches a tope continuamente.
Otro truco del Skyactiv-X es que puede funcionar como un gasolina convencional... y para saber en qué modalidad circulábamos, los prototipos incorporaban esa pantalla que se ve en la fotografía. El Skyactiv-X recurre al modo convencional -en el que la mezcla deja de ser pobre y se regresa al 14:1- en aquellas circunstancias en las que el motor no puede regular con precisión el encendido por compresión, como por ejemplo cuando se acelera a fondo o se acciona rápidamente el pedal del acelerador. Durante una conducción ‘normal’, el motor pasa prácticamente el 100% del tiempo funcionando en la modalidad de ‘mezcla pobre’ -es decir, con exceso de aire-.