MINI COOPER S
DESPUÉS DE CUATRO AÑOS, EL MINI HA EXPERIMENTADO UN PEQUEÑO LAVADO DE CARA. AHORA ESTÁ MEJOR EQUIPADO Y ES MÁS PERSONALIZABLE, PERO NO HAY APENAS MODIFICACIONES TÉCNICAS.
El popular Mini recibe leves cambios que mejoran su equipamiento y posibilidades de personalización.
Cuatro años después de su lanzamiento, el Mini experimenta un leve restyling. Estéticamente, las modificaciones son mínimas, si bien recibe unos faros delanteros led -de serieque, por 400 euros, pueden tener tecnología matrix -permite llevar la luz larga siempre conectada, pues apaga los leds que puedan deslumbrar a otros conductores cuando se cruzan-. Además, cambian los pilotos traseros, que ahora tienen la forma de la bandera de Reino Unido, y el logotipo de Mini es nuevo.
Por dentro, las variaciones son también pequeñas: sólo cambia el volante de tres radios o la moldura del salpicadero retroiluminada en el lado del posibilidades acompañante... aumentan de más personalización Eso todavía, sí, las algo importante en un modelo así. Cada cliente puede decorar a su gusto los cuatro costados del vehículo; incluso es posible firmar o poner una frase en algunos elementos, como los marcos de los intermitentes. En el plano mecánico, todo sigue igual en el caso del Cooper S, así que el motor 2.0 turbo de 192 CV y la puesta a punto del chasis siguen ofreciendo una conducción muy divertida. El resto de la gama Mini 2018 sí introduce mejoras que ayudan a rebajar el consumo y las emisiones contaminantes.
COMPRA POR: Diseño atractivo, posibilidades de personalización, comportamiento muy divertido.
NO COMPRES POR: Sigue siendo caro, sobre todo el Cooper S. Es poco habitable y no de los más cómodos.