SEGURIDAD EN LA COMPRA
Parece que ya no hay vuelta atrás.
El Gobierno ha anunciado un plan para prohibir la venta de cualquier clase de vehículo con motor de combustión a partir del año 2040; y su circulación desde 2050.
Es evidente que el objetivo de este plan es reducir las emisiones del parque móvil. Y lo que parece también claro es que la industria del automóvil ya ha iniciado el camino para conseguir ofrecer a los clientes los productos adecuados a lo que exigen las administraciones.
Todos los fabricantes cuentan ya con una gama de productos de alguna manera electrificados. Y resulta innegable que los usuarios de los vehículos tendremos que dominar todo lo relacionado con las energías alternativas.
Sin embargo, desde Autofácil hemos percibido que los potenciales compradores de vehículos nuevos están repletos de dudas sobre qué combustible o energía elegir. Queremos llamar a la calma. Parece que este anuncio del Gobierno, junto con el paulatino cierre de las grandes ciudades a los medios de transporte más contaminantes, ha generado una especie de obsesión en los compradores por rechazar cualquier clase de coche que lleve un motor de combustión de concepción tradicional.
El automóvil que compremos debe adecuarse al uso que vayamos a hacer del mismo, y los propulsores de gasolina o gasóleo son igual de válidos que otras alternativas como los híbridos o los eléctricos. Por eso, desde nuestra publicación queremos tranquilizar de alguna forma a aquellos que acaben de comprar -o tengan la intención de hacerlo- un coche con un motor tradicional.
La etiqueta ecológica se ha convertido en uno de los puntos clave en los que fijarse a la hora de adquirir un automóvil pero, siempre que cumpla la legislación vigente, cualquier vehículo es válido para circular por nuestras carreteras. Otra cosa es el tema de la propiedad del mismo; quizá sea un buen momento para plantearse alternativas como el renting a particulares, sobre todo en grandes ciudades con normas tan cambiantes. Esa fórmula provee al usuario de la suficiente agilidad como para cambiar su vehículo con rapidez para adecuarse al nuevo escenario que surja, y que la operación económica le resulte lo más beneficiosa posible.