BOMBA DE HUMO
Estamos viviendo estos días un momento histórico en lo que a la movilidad se refiere. A principios del siglo pasado el automóvil representó la libertad de movilidad para las personas; en España el cambio fue notorio a partir de los años 50. Con ese crecimiento del parque de motor en las ciudades y pueblos, la planificación urbana se centró en darle cabida a los mismos, para aparcarlos y ordenar su circulación.
Hoy el peatón vuelve a ganar su espacio. El crecimiento de la población en las ciudades, la mejora general de los transportes públicos, la necesidad de un aire más limpio, la posibilidad de disponer de múltiples vehículos eléctricos compartidos y, por supuesto, el encarecimiento de la propiedad de los antaño ansiados coches, crea un nuevo paradigma: el 46% de los españoles ya no querría tener un coche si tuviese cubiertas todas las necesidades de movilidad, en el caso de los madrileños es el 58%. Este es el resultado de nuestra última encuesta sobre la nueva movilidad que, junto con Pons Seguridad Vial y AutoScout24, hemos realizado por tercer año consecutivo.
Sin embargo, aún no están resueltas todas las facetas de la movilidad de los españoles, en muchas ciudades y pueblos todavía tiene mucho más sentido tener un coche diésel que uno gasolina y, por mucho que nos empeñemos, hoy en día no podemos viajar en un vehículo eléctrico como nos hemos acostumbrado a hacerlo en aquellos con motor de combustión interna. Ese momento va a llegar, y tendremos que planificar los viajes de otra manera con los coches eléctricos y, sobre todo, cambiará la propiedad y uso de los automóviles, pero mientras tanto los gobiernos no deberían soltar ‘decretazos’ para crear bombas de humo que impiden ver los verdaderos problemas.