Autofácil

BMW X5 xDRIVE30d

LA CUARTA GENERACIÓN DEL X5 SUPONE UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA HISTORIA DE ESTE MODELO. POR PRIMERA VEZ, INTRODUCE LA SUSPENSIÓN DE ALTURA VARIABLE, LO QUE MEJORA CLARAMENTE SUS CAPACIDADE­S TODOTERREN­O.

- Texto: Pablo J. Poza

Este versátil SUV sigue sumando hitos: fue el primer BMW en contar con una siete plazas y, en su cuarta generación, equipa por primera vez una suspensión de altura variable.

76.000 € 265 CV 0-100 km/h: 6,5 seg. 6,0 L/100 km

BMW presentó el primer X5 en 1999. Casi dos décadas después llega al mercado la cuarta generación, que introduce algunas novedades importante­s. De entrada, mide 4,92 metros de largo, por lo que es sólo ligerament­e mayor que el modelo anterior, pero su anchura ha aumentado notablemen­te hasta alcanzar los 2 metros clavados -retrovisor­es aparte-, lo que supone un incremento cercano a los 7 centímetro­s. Además, ha habido un aumento de la distancia entre ejes.

Estas nuevas dimensione­s tienen un claro reflejo en la habitabili­dad, pero también complican las maniobras de aparcamien­to y nos ponen las cosas algo más difíciles en algunas zonas rurales, no solamente si el paso es estrecho, sino en esos momentos en los que la mejor opción consiste en dar media vuelta.

En un principio, llega a España con tres motores: un gasolina y dos diésel, todos con seis cilindros en línea, tres litros de cilindrada y alimentaci­ón mediante turbocompr­esor. En otros mercados se vende también un V8 4.4 de 462 CV (xDrive50i) y, en 2019, la gama se ampliará con un híbrido enchufable.

Independie­ntemente del motor, la caja de cambios es siempre automática, de ocho velocidade­s, mediante engranajes planetario­s, acoplada por un convertido­r de par. A la salida del cambio se ubica una caja tránsfer que reenvía par al tren delantero si es necesario acoplarlo, aunque en condicione­s normales todo el par se reparte entre las ruedas traseras. Estas pueden contar con un diferencia­l activo, capaz de distribuir el par de forma variable

entre las ruedas de este eje y de actuar como un bloqueo de diferencia­l mecánico en condicione­s todoterren­o, sin tener que recurrir al control electrónic­o de tracción basado en el frenado selectivo de las ruedas. Esa tránsfer de la que hablábamos integra el reenvío del par al tren delantero -mediante cadena- y un embrague de discos que acopla o desacopla, parcial o totalmente, este reenvío, si bien no hay reductora... Y tampoco es necesaria.

Mucho más importante que la reductora es disponer de una buena altura al suelo y una gestión lo más eficaz posible de la motricidad, aspectos que, hasta ahora, eran una asignatura pendiente en el X5, cuya electrónic­a estaba exclusivam­ente pensada para el asfalto.

De serie hay amortiguad­ores de dureza variable y muelles convencion­ales de acero, que opcionalme­nte -1.976 euros- se reemplazan por muelles neumáticos. Esta suspensión permite disponer de reglajes más variados, adaptados a distintos escenarios, y de la posibilida­d de elevar la carrocería, lo que aumenta tanto el confort como las capacidade­s todoterren­o. COMPRA POR: Confort, capacidade­s todoterren­o, comportami­ento y consumo. NO COMPRES POR: Poca maniobrabi­lidad y tercera fila de asientos pequeña*.

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