Más potente, cómodo y agradable de conducir
● LAS PRESTACIONES no son radicalmente mejores que las de su predecesor, aunque sí gana velocidad con un poco más de brío. No es un vehículo especialmente rápido -si bien resulta más que solvente en carretera-, pero a cambio tiene otras virtudes, como el confort de marcha -la suspensión es muy absorbente- o la buena insonorización, que se ha mejorado. La tracción es a las cuatro ruedas, aunque el motor de gasolina sólo impulsa las delanteras; las traseras reciben par del motor eléctrico ubicado en el propio eje posterior.
CON LEVAS,
PERO SIN MARCHAS El Outlander PHEV no tiene caja de cambio. En su lugar, la transmisión se basa en un dispositivo conocido como Power Split. Este sistema cuenta con un propulsor eléctrico cuya función es ajustar la velocidad de giro del motor térmico para permitirle girar a un régimen próximo al de máxima eficiencia. Sin embargo, sí hay unas levas tras elvolante. Sirven para seleccionar los distintos niveles de retención -y, por tanto, de regeneración de energía para recargar la batería- cuando sueltas el acelerador: desde B0 -nula retención- a B5 -la máxima-. Así, puedes ir 'jugando' a través de los seis niveles según te interese en cada momento.
¿Y EL CONSUMO? Logramos recorrer 48 km en modo eléctrico, prueba de que, en uso diario, muchos conductores podrían obtener un consumo de gasolina nulo. Por lógica, en largos trayectos por carretera, donde el motor 2.4 de gasolina manda, sí se requiere combustible, gastando unos 7,5
L/100 km.