RESPUESTA DE ÁLVARO SAURAS, JEFE TÉCNICO:
Lo cierto es que el anticongelante tiene una vida muy larga; de hecho, muchos vehículos en uso no lo han cambiado nunca. No obstante, recomendamos sustituirlo pasados 8 ó 10 años... o si, por ejemplo, compras un coche usado. El motivo no está tanto relacionado con la degradación de las sustancias que impiden la corrosión, sino con la presencia de partículas en el anticongelante que puedan causar problemas en componentes como la bomba del agua. Asimismo, resulta aconsejable inspeccionar visualmente el estado del líquido anticongelante, para ver que no tiene grumos que podrían indicar una filtración de aceite a través de puntos como la culata o un intercambiador agua/aceite deteriorado. Finalmente, algunos fabricantes recomiendan sustituir el líquido cuando el vehículo se emplea en condiciones exigentes de temperatura, como por ejemplo tirando con frecuencia de un remolque.
En resumen, el líquido refrigerante puede durar de por vida, pero requiere un mantenimiento consistente en inspecciones visuales y, dado que puede perder su propiedades en algunas circunstancias -al trabajar con frecuencia cerca de su punto de ebullición, por filtraciones de aceite, que en algún momento se haya diluido con agua destilada o del grifo...-, y dado que el coste de vaciar el circuito para sustituirlo ronda sólo los 50 euros; recomendamos no correr el riesgo y cambiarlo cada 8 años.