Buena opción para viajar
● EL C5 AIRCROSS de esta prueba equipa el motor 1.5 BlueHDi de 130 CV asociado al cambio manual de seis velocidades. Emplea la misma plataforma modular EMP2 que el Peugeot 3008 y el Opel Grandland X pero, en marcha, es más cómodo y menos ágil que sus primos.
ORIENTADO AL CONFORT
El C5 Aircross emplea los mismos amortiguadores hidráulicos progresivos que estrenó el C4 Cactus en 2018. Filtran muy bien las irregularidades del terreno y, debido a su tarado blando, son muy cómodos. A cambio, restan agilidad en zonas de curvas porque la carrocería balancea más de la cuenta. La dirección está muy asistida y no ayuda a mejorar las cualidades dinámicas, pero sí incrementa la comodidad al maniobrar.
MÁS ENÉRGICO... El propulsor de acceso a la gama diésel tiene la misma potencia que el de gasolina básico, 130 CV, pero dispone de 300 Nm de par, frente a los 230 Nm del PureTech; gracias a ello, responde mejor y es más voluntarioso, sobre todo cuando se viaja con cinco pasajeros o con mucha carga. El cambio de seis marchas encaja muy bien con esta mecánica.
... Y MENOS REFINADO La buena respuesta y el bajo consumo -4,1 L/100 km declarado, aunque lo normal es rondar los 5,5 L/100 km- del BlueHDi 130 CV se ven un tanto empañados porque transmite algo más de ruido y vibraciones de lo esperado.