EL ELÉCTRICO MÁS GASOLINA
Hemos probado, durante 27 km, un prototipo con carrocería de CX-30, pero con la puesta a punto del MX-30 definitivo.
Para iniciar la marcha, basta con seleccionar la posición D del cambio y acelerar. En este contexto, la mecánica e-Skyactiv inicia la marcha con total suavidad, pero... ¡suena como un motor de gasolina! Los altavoces son los encargados de crear esta ilusión sonora, presente durante las fases de aceleración y deceleración. En un principio parece extraño, pero en la práctica te ayuda a ser consciente de la velocidad a la que circulas.
Por otro lado, con 143 CV resulta bastante ágil al ganar velocidad desde parado, aunque lo más interesante es que el tacto de conducción es bastante convincente: la dirección es precisa, la carrocería balancea muy poco y, en términos generales, mantiene el dinamismo habitual en otros Mazda.
En este último apartado tienen mucho que ver los pedales de freno y acelerador. El primero ofrece un tacto firme y consistente -poco habitual en modelos eléctricosque permite regular las frenadas a la perfección. En cuanto al acelerador, se muestra extremadamente preciso. Si en algunos eléctricos unos centímetros de presión sobre el pedal se traducen en una aceleración fulgurante, en el Mazda, la firmeza y el recorrido del pedal permiten regular con gran precisión la forma en que se gana velocidad.