ASÍ FUE LA RUTA
Guía para realizar una escapada a Salamanca
Salamanca es conocida por albergar la universidad más antigua de España -fundada nada menos que en el año 1218- y la efervescente actividad derivada de contar con una gran población de estudiantes.
- A Salamanca por la A6 y la N-501: Nuestro viaje parte de Madrid con la batería completamente cargada, y enfilando la autopista de La Coruña (A6) rumbo a Ávila. Los túneles de Guadarrama se encuentran a 1.300 metros de altitud, de manera que no debemos asustarnos si el consumo ronda los 23 kWh/100 km en esta primera fase del viaje: recuperaremos parte de la energía durante nuestro descenso a Salamanca,
que se encuentra a la misma altitud que Madrid. Tras superar Ávila, abandonamos la autopista A-50 y continuamos hasta Salamanca por la carretera N-501, que permite ahorrar unos 15 km y ofrece paisajes mucho más interesantes.
Justo antes de entrar a Salamanca decidimos hacer una pequeña parada, de unos 50 minutos, en el cargador rápido de Iberdrola.
- Salamanca, una ciudad para pasear: Gran parte del casco urbano de Salamanca se encuentra peatonalizado, de manera que pasear por la ciudad es una auténtica delicia. Para explorarla, lo mejor es cruzar el río Tormes por el Puente de Enrique Estevan -fotografía de la
página anterior- y aparcar justo al otro lado. El Museo de la Historia del Automóvil se encuentra a un par de manzanas de distancia, y puede ser un buen punto de partida.
- Plan diurno, nocturno... y hospedaje Además de visitar las catedrales Nueva y Vieja, la Plaza Mayor, la Universidad -y localizar la rana que hay en su portada, lo que dicen que es garantía de aprobado- o la Casa de las Conchas, Salamanca destaca por la enorme oferta de ocio nocturno. Por eso puede ser recomendable pernoctar el alguno de sus magníficos hoteles -como el Palacio de San Esteban, situado junto al Convento del mismo nombre-.