CIVISMO Y ELECTRICIDAD
Automoción eléctrica por imperativo legal. Eso es así. Europa, como en muchas otras cuestiones, se ha propuesto ser la región mundial que lidere la reducción de las emisiones contaminantes, obligando a los fabricantes de automóviles a cumplir con unos estrictos baremos -no ocurre lo mismo con países tan contaminantes como Estados Unidos, China o India, con unos plazos mucho más flexibles-. El primer objetivo es que la media de emisiones de todos los coches vendidos en 2020 no supere los 95 gramos -como tratamos de manera pormenorizada en el anterior número de Autofácil-, y esto únicamente se puede conseguir a base de comercializar vehículos eléctricos o enchufables.
En concreto, las marcas calculan que, para poder cumplirlo, la cuota de mercado de esta clase de coches debería aumentar del actual 0,7% a un mínimo del 3% -lo ideal sería el 6%-. Por eso, si te animas a comprar un coche eléctrico o híbrido enchufable, en este número te contamos toda la oferta existente y, sobre todo, cómo conseguir las ayudas para que te salga lo más barato posible.
Por otro lado, me gustaría ahondar en un tema de civismo relacionado con los eléctricos. Como es lógico, en la redacción probamos cada vez más vehículos con enchufe -de hecho, contamos con dos cargadores en nuestro aparcamiento-, y en nuestra rutina diaria muchos de nosotros hemos percibido que, algunas veces, la educación a la hora de usar los puntos de carga es escasa. El caso más llamativo es el de los híbridos enchufables, con una autonomía eléctrica generalmente comprendida entre los 40 y 60 km, y cuyos dueños usan más tiempo del debido los puntos de carga públicos. La realidad es que en apenas una hora tendrían más que suficiente para cargar casi por completo las baterías... y así los podrían usar otras personas que en ese momento lo necesitaran -los coches totalmente eléctricos-.
También están aquellos que aparcan su eléctrico en una de estas plazas con cargador por el simple hecho de serlo... y no necesitan cargarlo. Creo que se debería empezar a regular esta clase de situaciones, y que los puntos de carga no se conviertan en unos aparcamientos preferentes, sino en lugares donde exista una rotación lógica y se usen como es debido.