Tecnología
¿Emiten 'ondas peligrosas'?
■ EN ABSOLUTO. De hecho, superar la homologación de interferencia electromagnética durante el desarrollo de un eléctrico no es más complicado que con un térmico. Ten en cuenta que la corriente continua que entra y sale de la batería no genera ningún campo magnético. Además, los conductores que van de los inversores al motor están apantallados -recubiertos por una malla metálica-, de manera que no puede escapar campo eléctrico. Y finalmente, las carcasas del motor y el inversor son metálicas, y también actúan como pantalla contra el campo electromagnético. En resumen, toda la instalación eléctrica está encerrada en una jaula invisible que impide el paso de campos electromagnéticos.
¿Podrá aguantarlo la red eléctrica española?
■ HABRÁ QUE HACER ALGUNAS MEJORAS… pero hay tiempo de sobra para acometerlas. Se calcula que la demanda eléctrica se incrementaría un 1% por cada millón de vehículos eléctricos. Por un lado, en 2019 se vendieron 10.000 eléctricos e híbridos enchufables en España. Por otro, esta cifra se duplica cada año. Ambos datos sugieren que falta al menos una década para llegar a ese primer millón. En cuanto a la producción de energía, cargar coches eléctricos durante la noche contribuye a ‘aplanar’ la curva de demanda, mejorando la eficiencia del sistema de generación eléctrico.
¿Puede estallar o incendiarse una batería?
■ ESA POSIBILIDAD EXISTE. No obstante, las baterías cuentan con un montón de medidas de protección, como por ejemplo fusibles e interruptores automáticos que la desconectan en cuanto se dispara un airbag. No obstante, si recibe un impacto que deforme la carcasa o la atraviese, sí puede desencadenarse un incendio difícil de apagar y pueden emitirse gases nocivos. En cualquier caso, el comienzo de este proceso es razonablemente lento -tarda varios minutos- y, como la batería va montada en un lugar muy protegido, requiere un impacto fortísimo.