PERFECTO PARA CIUDAD, PASA EL CORTE EN CARRETERA
● LA CIUDAD ES el ámbito en el que el i10 cobra sentido, donde tiene cualidades para fluir entre el tráfico: dimensiones compactas, una dirección que permite girar en espacios pequeños, buena visibilidad desde el puesto del conducción y, en definitiva, una
notable agilidad y maniobrabilidad.
MÍNIMO INDISPENSABLE
Los 67 CV de su propulsor tricilíndrico pueden parecer 'poca cosa', pero cumplen en casi todas las situaciones cotidianas. El motor es poco voluntarioso, sin embargo, en ciudad mueve el coche con suficiente soltura y, en la práctica, gasta muy poco: unos 5,3 L/100 km. También es válido para desplazamientos cortos por carretera, sobre todo porque los desarrollos del cambio permiten que, a 120 km/h, el motor gire a un régimen alto pero
no excesivo: 3.900 rpm. Ahora bien, para largos trayectos es mejor el 1.2 MPI, más solvente a la hora de adelantar o subir pendientes.
BIEN AFINADO
No destaca por confort de marcha, pero es uno de los microurbanos con mayor agrado de uso. Su durita suspensión favorece la agilidad del vehículo, que cambia de dirección de forma rápida y natural. Además, su aplomo es muy razonable dadas sus dimensiones y peso. El motor ni vibra ni suena demasiado para ser tricilíndrico y el tacto del cambio es el mejor de la categoría, con recorridos largos pero firmes y precisos.