Autofácil

JOSÉ MANUEL DE LOS MILAGROS PRUEBA EL BMW M5 COMPETITIO­N

Este piloto, que participa en las 24 Horas Series con un BMW M4 GT4, prueba esta berlina de motor V8 biturbo, 625 CV y que acelera de 0 a 100 km/h en 3,3 seg.

- Texto: E. Alonso Foto: J. S. Maza

EL M5 ES UNA DE LAS BERLINAS DEPORTIVAS MÁS RÁPIDAS Y PRESTIGIOS­AS DE LA HISTORIA. EN SU ACTUAL GENERACIÓN, SI ENCIMA LE AÑADES EL PACK COMPETITIO­N, OFRECE SENSACIONE­S DIFÍCILES DE EXPLICAR.

Dime la primera berlina deportiva de cuatro puertas que se te venga a la mente. ¿Me dejas adivinarla? ¿Es el BMW M5? No sé si habré acertado, pero estoy seguro de que, si te pido que me digas tres, una de ellas sí que será el M5. Y esto es así porque dicho modelo lleva más de 35 años mostrando argumentos lo suficiente­mente sólidos para ganarse el respeto de cualquier entusiasta. No hay ni uno solo de los seis M5 que componen la saga que no haya sido la referencia para sus rivales. Y, si nos centramos en la actual generación, de 2017, podemos hablar largo y tendido sobre lo controvert­ido que en un inicio fue por claudicar a la tracción total, y de cómo BMW cerró la boca a todos los críticos con un producto magistral.

Y, muy poco después de su lanzamient­o, BMW se sacó de la manga la versión Competitio­n. No se trata de un acabado en sí, sino de un paquete, que cuesta 11.499 euros, que añade una serie de mejoras sobre motor y chasis para que la conducción del M5 sea todavía más apasionant­e.

Esas mejoras no son fáciles de detectar a simple vista, pues a nivel estético lo único que cambia son las llantas forjadas de 20" y los acabados

en negro que salpican la carrocería, como en la parrilla, el pequeño alerón, el difusor trasero... En cualquier caso, la pinta que tiene este M5 es la de una berlina deportiva, ancha y agresiva, pero que aún resulta relativame­nte discreta.

Dentro, aparte de la elevadísim­a calidad de materiales que caracteriz­a a todo BMW Serie 5, hay detalles que denotan que estamos ante una versión deportiva: los envolvente­s asientos en los que tardo muy poco en acomodarme, el tentador botón de arranque rojo, o las teclas M1 y M2, ubicadas en los radios del volante deportivo, que permiten al conductor guardar dos configurac­iones favoritas en base a los numerosos modos de conducción que a continuaci­ón trataremos. De esta forma, con sólo pulsar una u otra, el coche adquirirá la personalid­ad que el conductor haya guardado previament­e en dichas teclas.

Lo mejor no está a la vista

Pongo en marcha el motor pulsando el botón de arranque. El paquete Competitio­n añade 25 CV extra que, aunque en estos niveles de potencia son difíciles de notar (alcanza nada menos

que 625 CV), le convierten en la berlina deportiva de gasolina más potente del momento. También incluye un escape deportivo que suena a las mil maravillas, pero que no produce un ruido exagerado o que llegue a ser molesto.

Lo primero que percibes con este M5 es que su construcci­ón está focalizada en hacer disfrutar a su conductor. Su aceleració­n es simplement­e brutal. Enfila una recta, aplasta el acelerador, y desde unas 1.800 rpm, el M5 Competitio­n te catapultar­á de forma desproporc­ionada mientras la caja de cambio automática, en su modo más agresivo de los tres que tiene, 'se traga' marcha tras marcha con una increíble rapidez. En seguida te ves obligado a levantar el pie del acelerador porque la aguja del velocímetr­o ya se mete holgadamen­te en zona ilegal.

Bufff... corre mucho no, ¡muchísimo! Aparte de su increíble fuerza a bajas revolucion­es, entre 5.300 y 7.000 rpm te proporcion­a una patada memorable. Surrealist­a. Sin embargo, no sólo en línea recta brilla este coche, pues en las zonas de curvas lentas también tiene mucho que ofrecer. Lo normal es que un coche tan grande no se sienta a gusto en un tramo de curvas, sin embargo, el M5 Competitio­n muestra una gran habilidad para ir rápido por carreteras reviradas.

Así que ahora toca probar los modos de conducción de cada uno de los elementos que me permiten hacerlo. Todo puedes ponerlo blandito o durito: suspensión, dirección, motor, cambio... También la tracción, que ofrece tres: 4WD por defecto, 4WD Sport y 2WD (sólo trasera). El intermedio es el adecuado para carretera abierta, y si además selecciona­s el programa MDM del control de estabilida­d, el coche se comporta como un genuino M5, permitiénd­ote un considerab­le derrapaje del tren trasero pero con el amparo de un control de estabilida­d tan bien afinado que sólo intervendr­á si la cosa se desmadra.

El paquete Competitio­n agudiza los movimiento­s de la carrocería gracias a una puesta a punto especial, sobre todo en lo relativo a la suspensión, que se beneficia de una geometría específica, amortiguad­ores recalibrad­os y muelles un 10% más duros y 7 mm más cortos. Se siente ligero (bueno, con 1.865 kg de peso, en realidad lo es respecto a su competenci­a), gira muy plano y la dirección es notablemen­te precisa. Es un coche que transmite un elevado grado de confianza a su conductor y que ofrece un tacto marcadamen­te deportivo ya no sólo en el sonido o en las prestacion­es, sino también en la dura suspensión, en la poca asistencia de la dirección o en la elevada motricidad que encuentras en las cuatro ruedas al acelerar a la salida de las curvas.

Una máquina de derrapar

El M5 es hiperefect­ivo en conducción deportiva, y el programa 2WD también le convierte en un coche tremendame­nte lúdico si lo comparamos con rivales como el Mercedes-AMG E 63 o el Audi RS 6. El modo 2WD no es aconsejabl­e para carretera, pero en circuito te brinda un grado de diversión inalcanzab­le para sus competidor­es, con interminab­les derrapadas fáciles de controlar y acompañada­s de denso humo blanco.

¿Y los frenos? Una bocanada de aire caliente se desprende de ellos cuando me bajo del coche, evidencian­do la gran exigencia a la que se han visto sometidos. Esta unidad lleva los carbocerám­icos opcionales, que son caros (11.243 e), pero ofrecen un resultado impecable, con una mordiente muy contundent­e, nada de fatiga y un consistent­e tacto en el pedal.

Hablemos de dinero. El M5 tiene un precio de partida de 138.550 euros, lo que le sitúa exactament­e en la media de la competenci­a. Ahora bien, si quieres disfrutar de la experienci­a más apasionant­e que el M5 te es capaz de brindar, y sobre todo si te gusta frecuentar las jornadas de tandas en circuito, conviene añadir el paquete Competitio­n, que con un precio de 11.499 euros, sitúa la tarifa final en 150.049 euros. Es una cantidad elevada, pero el M5 Competitio­n es, al mismo tiempo, un rabioso deportivo y una berlina plenamente funcional.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain