En marcha El Juke va bien... pero es que el Puma le gana en todo
Ambos modelos apuestan por una configuración muy similar: motores 1.0 Turbo de tres cilindros, tracción delantera, suspensión trasera de eje torsional... Sólo se diferencian en que el Puma lleva un selector con cinco modos de conducción (modifica el funcionamiento del ESP, la respuesta del acelerador...), con dos de ellos para campo, mientras que el del Juke ofrece tres y ninguno es para campo (tiene un modo Normal, otro Eco y un Sport).
● Por motor El del Puma se muestra más progresivo y también contundente, y no tiene retraso en la respuesta del turbo. También consume en torno a 0,5 L/100 km menos. Además, en el caso de nuestra prueba, el Juke contaba con el cambio automático de siete marchas de doble embrague, que es brusco y lento en maniobras a baja velocidad; mejor el manual de seis marchas (y te ahorras 1.400 euros). Los dos podrían estar mejor insonorizados.
● Por chasis Con el acabado N-Design y sus llantas de 19", el Juke se muestra más incómodo y tiene unas reacciones más vivas que el Puma. Este, con el acabado Titanium, es menos seco y más predecible gracias a una suspensión más suave (el ST-Line lleva una más firme) y a sus llantas de 17". Con todo, y aunque los dos son nobles y fáciles de conducir, el Ford resulta más equilibrado. En campo, el Puma tiene la pequeña ventaja de ofrecer dos modos más de conducción.