¿Cómo iba?
■ En su versión Cayenne S, equipada con el motor 4.5 V8 atmosférico de 340 CV, este modelo exhibe una extraordinaria capacidad de empuje y un sonido muy bonito. Ahora bien, su inconveniente está en el consumo, con una cifra que ronda los 16 litros/100 km en condiciones normales. Por su parte, el cambio manual es una delicia, y el automático opcional, de convertidor de par, también ofrecía muy buen resultado.
El Cayenne es algo pesado, pero a pesar de sus 2.225 kg es razonablemente ágil gracias a una suspensión tirando a dura, a un chasis rígido y a una dirección bastante precisa.
En campo ofrece unas buenas prestaciones gracias a su reductora (fue retirada en las siguientes generaciones) y a su buena motricidad. Además, mejoraba mucho con la suspensión neumática opcional, que le proporcionaba mayor altura libre al suelo. Incluso existió un pack offroad que le dotaba de protecciones y de un diferencial trasero bloqueable.