POR QUÉ NO ADQUIRIR UN VEHÍCULO ANTIGUO
POR EMISIONES
● Debido a la introducción de las sucesivas normas anticontaminación, las emisiones contaminantes de los vehículos son cada vez menores.Tomemos como referencia el NOx, que además de destruir el ozono de la atmósfera, causa irritación en ojos y pulmones y el agravamiento (o aparición) de enfermedades respiratorias. Un vehículo diésel de 2005, homologado bajo la norma Euro 4 (en vigor desde ese
2005), podía emitir hasta un máximo de
500 mg/km de NOx, y hasta 50 mg/km de PM (micropartículas en suspensión; causan reducción de la capacidad pulmonar, alergías...). Mientras, un diésel de 2015 está sujeto a la normativa Euro6 (vigente desde 2014), que limita las emisiones de Nox a 60 mg/km y las de PM a 4,5 mg/km.
● POR CONSUMO
Un Ford Fiesta gasolina correspondiente a 2005 (1.4 80 CV) declaraba un gasto medio de 6,4 L/100 km; pero, si nos vamos hasta 2015, el vehículo equivalente (1.25 82 CV) ya homologaba cerca de un 25% menos: 5,2 L/100 km. Si tenemos en cuenta un kilometraje medio de 15.000 km, y un precio medio del carburante de 1,18 L/ L, la diferencia de gasto entre el Fiesta de 2005 y el de 2015 es de 212, 5 euros anuales.
● POR MOVILIDAD
Los vehículos sin distintivo medioambiental ya no pueden circular por áreas de circulación restringida como la ZBE de Barcelona o Madrid Central. Además, desde el 1 de enero, estos vehículos tampoco pueden estacionar en la zona SER de la capital... a no ser que sean propiedad de los vecinos y lo hagan en el barrio donde residen. Limitaciones como estas podrían extenderse próximamente a muchas más ciudades, dado que el Gobierno, decretó en enero que hasta 148 municipios de más de 50.000 habitantes en toda España (puedes conocerlos en bit.ly/municipios50000) tendrían que establecer Zonas de Bajas Emisiones similares a las de Madrid o Barcelona.
● Y, DESDE LUEGO, POR SEGURIDAD En los últimos años, se han ido generalizando muchos sistemas de seguridad en los automóviles... porque la Unión Europea los ha declarado obligatorios en todos los coches vendidos en su territorio. El primero fue el ABS, obligatorio para todos los coches a la venta en la UE desde 2004; y, en 2009, le siguió el EBA, que suplementa la presión sobre los frenos* para que sean más eficaces. En 2014, se hizo obligatorio en la UE el ESP, el dispositivo que frena de forma individual las ruedas para garantizar que el conductor siempre mantiene el control del vehículo; y el sistema de monitorización de presión de neumáticos TPMS. smartphone