Smart Fortwo ED Passion
Germán Hiller
●
Una vez pruebas el primer vehículo eléctrico, necesitas tener uno. Antes de comprar el Smart, me plantee adquirir una moto eléctrica, pero lo descarté por el riesgo de accidente (no me fío del resto de conductores). Probé el Smart y me enamoré. Siempre me ha dado más de lo que le he pedido. Las sensaciones al volante, junto al ahorro en gastos, son espectaculares. Y para el 90% de los desplazamientos que hago, es el vehículo más sensato y práctico, especialmente teniendo en cuenta que vivo en una isla. Esta clase de vehículos debería imponerse en lugares como estos, en los que el kilometraje máximo está limitado de forma natural por la geografía... y también en ciudades pequeñas.
La recarga es de ocho horas en enchufe doméstico convencional (técnicamente denominado schuko), con lo que se carga de noche, aprovechando la tarifa valle, por 1,50 eruos. Cuando me veo apurado porque tenga que hacer más kilómetros, en el recorrido interurbano hay puntos de carga públicos de sobra (casi todos, gratuitos), con lo que el uso en mi zona de un vehículo eléctrico está más que normalizado. El ahorro que representa recargar de noche y utilizar con frecuencia la carga gratuita de oportunidad ayuda a ir amortizando el desembolso extra de adquisición de un eléctrico. Sin dudarlo, volvería a comprar otro vehículo eléctrico.