Interior: tras los pasos de sus primos
El salpicadero del Octavia ha cambiado tanto como en el VW Golf o el Seat León, pero con detalles típicos de Skoda, como los tonos verdes o la grafía de los relojes.
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El Skoda mantiene algunos botones para atajar a los menús de la pantalla central, pero casi todo se maneja a través de ella. Responde bien y es de buena calidad, sin embargo, su manejo distrae más que los clásicos mandos porque siempre requiere varios pasos... y que seas muy preciso con dónde tocas exactamente. ●
Tanta pantalla hace que los defectos de calidad pasen más desapercibidos. El Octavia está muy bien hecho, pero nos gustaría ver mejores plásticos en las partes inferiores o que los botones cromados del volante no sean tan endebles. La iluminación interior ambiental por ledes es de serie y está muy lograda.
toma protagonismo, pero ni siquiera en la más dura de todas es incómodo. Eso sí, a partir del nivel 9-10 contiene bien los movimientos de la carrocería, haciendo del Octavia un coche de reacciones nobles y seguras aunque no tan ágiles, por ejemplo, como las de un Seat León ST.
Al buen comportamiento sigue ayudando una dirección suave, agradable y precisa, que sólo mejoraría si fuese un poco más informativa. Los frenos cumplen sin problema y, en general, es un coche cómodo y aplomado, ideal para largos viajes por cualquier tipo de vía.
En cuanto al motor, la unidad de esta prueba cuenta con el propulsor 2.0 TDI de 150 CV. Excelente por su forma de
responder y por su bajo consumo (es fácil moverse por debajo de 5,5 L/100 km), creemos que para la filosofía de este coche pueden bastar con las prestaciones del 2.0 TDI de 116 CV, que cuesta 3.000 euros menos (de momento, sólo se vende con caja manual de seis marchas).
El TDI 150 es además un diésel refinado y poco ruidoso, y va asociado a un cambio automático DSG de siete relaciones. Como las últimas DSG, ya no es tan buena por rapidez y a veces parece algo dubitativa al maniobrar a baja velocidad, pero sigue siendo suave en carretera e ideal para aquellos que prefieren dejar el pie izquierdo permanentemente en reposo mientras conducen.
4,8 litros/100 km ◆
937 km ◆
126 g/km ◆