LA CARGA SEMI-RÁPIDA
Qué es
Denominamos carga semi-rápida a aquella que se realiza en corriente alterna, utilizando el cargador embarcado de nuestro coche y a tanta potencia como permite este cargador embarcado (o, al menos, a mayor potencia de la que se suele emplear en un domicilio, que suelen ser 3,6 kW).
A este tipo de carga también se la denomina “de oportunidad”, porque siempre suele realizarse “de paso que...” o “aprovechando que...”, ya que no es lo suficientemente rápida como para permitir viajar con soltura. Por eso, con mucha frecuencia, se suele proporcionar en parkings de establecimientos comerciales o públicos en los que el usuario suele invertir varias horas. De hecho, se espera que la carga semi-rápida actúe en un futuro como reclamo comercial para los clientes y les anime a invertir más tiempo en los centros comerciales, incrementando la probabilidad de que consuman más.
Desde el punto de vista de la infraestructura, esta es una carga low cost porque sólo requiere proporcionar electricidad trifásica, algo que los grandes edificios tienen bastante a mano.
Dónde realizarla
■ Existen dos posibilidades. La más habitual es utilizar un wallbox o poste de recarga semi-rápida (en función de si está atornillado a la pared o el suelo). Se trata del mismo dispositivo que empleas para cargar en tu domicilio, aunque puede ser más voluminoso por motivos de marketing, resistencia al vandalismo o el hecho de tener que contar con un módulo adicional para la identificación del usuario. La mejor forma de localizar estos cargadores, de averiguar la velocidad a la que pueden cargar tu coche y la manera de activarlos (si es que no basta con simplemente enchufar el coche) es la aplicación de Electromaps.
La velocidad
■ La velocidad a la que se puede realizar una carga semi-rápida viene limitada por tu vehículo y, en concreto, por el cargador embarcado que incorpora. Se trata (de momento) de un parámetro que no se puede alterar tras la compra, de manera que puede ser un factor importante a la hora de decantarse por un modelo u otro. Si, por ejemplo, tienes acceso a cargadores semi-rápidos baratos o gratuitos (por ejemplo, en tu trabajo), te interesa optar por un modelo que incorpore un cargador embarcado potente. Este no será el caso si siempre vas a cargar en casa (páginas anteriores) ya que, en tu domicilio, el factor limitante va a ser la potencia de la instalación eléctrica, y no la del cargador embarcado.
Los precios
Casi todos los cargadores situados en centros comerciales son gratuitos y, además, no requieren activación. También hay muchos cargadores públicos gratuitos, aunque en este caso no suele ser tan fácil como llegar y enchufar: es probable que tengas que activarlos (por ejemplo, con la aplicación de Electromaps, con otra aplicación o, en algunos casos, con una tarjeta que entrega el ayuntamiento de la localidad correspondiente).
Del mismo modo, hay muchos puntos de carga semi-rápida privados en los que hay que pagar por la energía. Este es siempre el caso con la recarga semi-rápida en cargadores rápidos de tipo “trío” (siguiente sección), que cuentan con tres mangueras, siendo una de ellas de ‘Tipo 2’ de 22 kW. Casi siempre que se paga por cargar en modo semi-rápido, la relación velocidad/precio es mala, porque esta velocidad está limitada por el cargador embarcado de nuestro coche. Por ejemplo, Repsol Movilidad Eléctrica cobra 0,35 €/kWh por la carga semi-rápida. Es sólo un 25 % menos de precio a cambio de cargar más de un 50 % más despacio que usando la carga rápida. Como además muy pocos coches pueden aprovechar esos 22 kW, estamos hablando de una rebaja del 25 % a cambio de cargar un 75% o incluso un 85 % más despacio que en una carga rápida.
Los conectores
■ Existen dos tipos de conectores para carga lenta y semi-rápida, ingeniosamente y técnicamente bautizados como Tipo 1 y Tipo 2. Casi todos los coches del mercado europeo están dotados del Tipo 2, también conocido como Mennekes. Algunos coches antiguos de origen japonés y norteamericano (por ejemplo, un Mitsubishi iMIEV o un Opel Ampera PHEV, versión europea del Chevrolet Volt americano) cuentan con un conector de Tipo 1, también conocido como JSAE. Lo que sí ocurre es que todos aquellos puntos semi-rápidos que no cuentan con manguera están dotados de un conector de Tipo 2, de manera que si tienes un coche con conector de Tipo 1 y quieres realizar una carga semi-rápida en un cargador sin manguera, necesitarás un cable adaptador de Tipo 2 a Tipo 1.
Los cables
■ Como decíamos al principio, la carga semi-rápida es una carga low cost y, por eso, para abaratar al máximo el coste de instalación muchos cargadores carecen de manguera. Eso significa que debes llevar tu propio cable (Tipo 2 - Tipo 1 o Tipo 2 - Tipo
2, según el conector de tu coche) para enchufarlo. En función del coche, este puede ser un equipo incluido de serie o costarte desde 300 euros. Si te estás preguntando si puedes conectar un cable de Tipo 2 - Tipo
1 a la manguera de Tipo 2 de un cargador, la respuesta es que no: aunque mecánicamente los conectores encajan, los cables de carga no funcionan si se empalman.
El “diagnóstico”
Una ventaja de la carga semirápida es que es muy fiable. Si el cargador recibe energía, y el proceso de identificación funciona, puedes dar por sentado que el coche va a cargarse. La razón es que, al contrario que en la carga rápida y ultra-rápida, la comunicación con el coche es muy sencilla. Al comenzar la carga, generalmente se ilumina una luz azul. También puedes comprobar que estás cargando (y la velocidad) a través de la instrumentación del coche.
Es muy fiable, y con frecuencia es gratuita. Existen muchos puntos de carga en España.
Es lenta (no es práctica de cara a viajar). Si es de pago, no resulta rentable. La velocidad de carga depende del cargador de nuestro coche.
Hasta 22 kW
En el caso de los eléctricos con grandes baterías (más de 50 kWh de capacidad), los cargadores embarcados son cada vez más potentes, llegando a 22 kW. Los coches eléctricos más asequibles suelen contar con cargadores de 7,2 kW, siendo de 3,6 kW en la mayoría de los enchufables. Asumiendo un consumo medio de unos 20 kWh por cada 100 kilómetros, la velocidad de la carga semi-rápida oscila entre los 30 km de autonomía por hora (si cuentas con un cargador de 7,2 kW) y hasta los 100 km/h (con un cargador embarcado de 22 kW).
Qué es
Consiste en cargar directamente la batería utilizando corriente continua. En este caso, evitamos emplear el cargador embarcado del coche, de manera que no estamos limitados por su potencia. En lugar de él, el encargado de convertir la corriente alterna de la red en corriente continua a la tensión adecuada es el propio cargador al que nos conectamos. Por eso, son equipos bastante voluminosos y pesados, dotados de refrigeración... y bastante más caros que un wallbox para carga semi-rápida.
Estos cargadores son capaces de entregar potencias de hasta 50 kW a tensiones de hasta 400 voltios, y son compatibles con la práctica totalidad de coches del mercado (algunos modelos eléctricos, dotados de baterías relativamente pequeñas, no permiten esta carga; lo mismo ocurre con los híbridos enchufables).
Este tipo de carga está pensada, sobre todo, para completar viajes... y casi siempre es de pago. En este caso no se paga tanto por la energía como por la rapidez de carga y la disponibilidad en lugares remotos, al pie de carreteras y relativamente alejados de zonas comerciales (aunque esto está cambiando a medida que aumenta su número).
Dónde realizarla
■ Este tipo de cargadores cada vez son más abundantes, aunque aún no hay suficientes para viajar sin realizar una planificación cuidadosa (en comunidades como Galicia o Extremadura hay tan pocos que atravesarlas es casi imposible). La mejor forma de localizarlos es usar las apps de Electromaps o Iberdrola, porque muestran todos los que existen (la alternativa sería comprobar los mapas de todos los demás operadores, lo cual requeriría bastante tiempo). A diferencia de la carga semi-rápida, este tipo de carga no es “de oportunidad”, sino esencial: si el cargador no funciona, podríamos quedarnos tirados. Por eso, el primer paso debe ser elegir los cargadores necesarios para nuestro viaje a través de, por ejemplo, Electromaps. Después, debemos leer los comentarios de Electromaps para saber que el cargador ha funcionado recientemente y, finalmente, comprobar en la aplicación del operador del cargador que está en marcha y operativo. Omitir estos tres pasos puede traducirse en que te quedes tirado. Como medida adicional de seguridad, te recomendamos que siempre pares en un cargador rápido con autonomía suficiente para llegar al siguiente, especialmente si no lo has utilizado nunca.
Rapidez
■ Estos cargadores ofrecen hasta 50 kW de potencia máxima, pero la velocidad de carga vendrá determinada por la máxima potencia que pueda aceptar la batería de tu coche... y esta es una cifra variable en función de parámetros como su nivel de carga o la temperatura. En general, es correcto asumir que la batería se va a cargar a
50 kW hasta el 70 %. Después, entre el 70 % y 85 % va a bajar la potencia hasta unos 20 kW, y más tarde va a seguir bajando hasta quedarse en unos 10 ó 5 kW. Solamente algunos modelos muy modernos y caros (como el Audi e-tron o el Porsche Taycan) son capaces de superar el
90 % de carga sin bajar de esos 50 kW. El motivo es que, a medida que se llena, la batería no es capaz de admitir tanta potencia, y la consecuencia es que puedes tardar lo mismo en cargar hasta el 70 %... como en pasar del 70 % al 100 %.
Por eso, la carga rápida sólo suele realizarse hasta el 80 %, y los datos de tiempo que proporcionan los fabricantes de coches suelen referirse a la carga entre el rango del 5 % al 80 %. Para viajar con soltura se requiere una batería de, al menos, 64 kWh (como la que puede ofrece un Hyundai Kona EV o un Kia e-Niro). Cargar hasta el 80 % esa batería te supondrá aproximadamente una hora, mientras que cargar la batería de los mencionados Audi e-tron o Porsche Taycan requiere nada menos que 90 minutos. Recortar esos tiempos es el motivo de existencia de la recarga ultra-rápida.
Conectores y cargadores
■ En los coches existen dos conectores para carga rápida.
El más extendido en Europa se denomina CCS2, aunque también se le conoce como Combo2 porque utiliza parte de los pines del conector de Tipo 2 o Mennekes; sin embargo, también es frecuente encontrar coches con conector Chademo (incluso en modelos recién presentados, como el Lexus UX 300e), muy popular en EE.UU. y Japón. Afortunadamente, casi todos los cargadores rápidos europeos son de tipo trío (eso significa que tienen tres mangueras: una con conector CCS2, otra con Chademo y una tercera con conector de Tipo 2, para carga semi-rápida). La tendencia va a ser la desaparición paulatina de los cargadores con conector Chademo (por ejemplo, la moderna red Ionity no cuenta con esta conexión en sus cargadores).