¿Es buena para la batería?
La carga rápida y ultra-rápida requiere que las reacciones químicas en la batería transcurran a un ritmo elevado y cerca de la máxima temperatura a la resulta seguro operar... y, desde luego, eso no es bueno para la salud de la batería. Este tipo de recarga está pensada para ser utilizada de manera esporádica en viajes, entendiendo por esporádica que la mayor parte de las cargas (más del 90 % o el 95 %) se van a realizar en casa y empleando baja potencia. Los fabricantes no contemplan la idea de que, ahora o en el futuro, las cargas rápidas representen el grueso de las recargas durante la vida útil de una batería. En cualquier caso, la degradación de la batería de un eléctrico nunca debe exceder el máximo garantizado por el fabricante (actualmente, casi todos garantizan menos del 30 % en 8 años o 160.000 kilómetros).