CITROËN C4 1.5 BLUEHDI 130 EAT8

Hay un 1.2 PureTech 130 de gasolina por 20.800 euros, y un BlueHDI 130 Feel Pack por 1.300 menos €

El último C4 tiene ahora la apariencia de un SUV. Analizamos a fondo su variante diésel.

CITROËN REINVENTA OTRA VEZ EL C4.AHORA, ES UNA ESPECIE DE COMPACTO CON FORMA DE SUV COUPÉ QUE CONVENCE A MUCHOS. ¿DE QUÉ VA EXACTAMENTE ESTE C4?

Si hay una marca de coches en este mundo a la que le gusta innovar y arriesgar con sus decisiones, esa es sin duda Citroën. Y un claro ejemplo lo tenemos en el C4, un compacto que nació en 2005 para sustituir la Xsara y que, primero, innovó con dos carrocerías bien diferenciadas: una que denominaron coupé con tres puertas y otra clásica de cinco puertas, replicando una fórmula que ya estrenó una década antes el Renault Mégane.

La segunda generación del C4, aparecida en 2011, supuso la llegada de un clásico y un tanto insípido compacto, un coche que cumplía en todo... pero que no destacaba por nada. También hubo, y hay, un C4 Cactus, un coche que tiene una difícil interpretación: ¿Un C4 low cost? Quizá. ¿Un modelo sin un competidor claro y plantado a medio camino entre un C3 y un C4 como si fuese, precisamente, un cactus en mitad del desierto? Tal vez.

Lo que está claro es que en Citroën necesitaban tener un compacto como Dios manda. Porque, en la actualidad, las marcas generalistas tienen que ser fuertes, principalmente, en tres tipos de coches: SUVs, urbanos y compactos. En los dos primeros la firma francesa ya tiene las plazas cubiertas, pero en el

caso del C4 ha apostado por crear un modelo que, por diseño, se sitúa como algo intermedio entre un compacto de cinco puertas y un SUV con forma de coupé. El resultado recuerda en gran medida al Toyota C-HR, un modelo que ha supuesto un notable éxito, entre otras cosas y precisamente, por su diseño.

Así, el nuevo C4 tiene una longitud de

4,36 m y una altura de 1,52 m. En su interior, encontramos un buen maletero de

380 litros (como un VW Golf o un Seat Léon), unas plazas traseras relativamente amplias pero un tanto limitadas por su forma coupé y un puesto de conducción que sigue esa mezcla de simplicidad y practicidad que inició en su día el C4 Cactus.

Y, ¿en marcha? El C4 de esta prueba es el 1.5 BlueHDI de 130 CV, un motor que sólo se comercializa con el cambio automático EAT8, de convertidor de par y ocho velocidades. El resultado del conjunto es bueno en varios aspectos: el cambio funciona muy bien, y su suavidad de funcionamiento casa bien con la progresiva respuesta del motor. Tampoco es un propulsor ruidoso, y no vibra mucho. Además, gasta poco: en carretera a velocidad sostenida es fácil moverse entre 5 y

5,5 L/100 km; mientras que muy grande tiene que ser el atasco para que la media supere los 6 L/100 km en ciudad. Aun así, y sabiendo cómo va y cuánto gasta el PT

130 de gasolina, el BlueHDI es sólo re